En el Olimpo, ayer, se escanció sidra. Los decimoctavos Premios Nacionales de Hostelería lo propiciaron al conceder a la cultura sidrera el galardón en la categoría de Compromiso y Promoción con la Cultura. El presidenterecoge el del Principado de Asturias, Adrián Barbón, recogió la distinción de manos del presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel; de su vicepresidente, José Luis Álvarez Almeida, y de Eduardo Pérez, de Makro, en una gala celebrada en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.
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«Nuestra cultura sidrera habla de la identidad de un pueblo. Todo el mundo cuando piensa en Asturias, piensa en verde, en paisaje, en gastronomía y, sin duda, en la sidra», expuso el presidente del Principado tras recoger el galardón. Contó Barbón la antiquísma vinculación de la región con la bebida tradicional asturiana, pues investigaciones científicas han hallado restos en la dentadura de antepasados milenarios ubicados en las fronteras actuales de la región. Recordó que la cultura sidrera «se bebe en el chigre», pero «empieza mucho antes, en la pumarada, adonde yo iba con mi abuelo, y se celebra en las espichas» y que tal es su importancia en la región que hasta una comarca se llama 'de la sidra'. Ahondó en su carácter «popular» y en su crecimiento, pues «ya se encuentran variedades de todo gusto». Eso sí, «sigue siendo una bebida para compartir y disfrutar». Celebró Barbón antes de despedirse el «reconocimiento social que merecía y merece» nuestra cultura sidrera.
El homenaje de la edición de este año de los galardones se lo llevó un hostelero de raza, fallecido en 2012, Fernando Martín. La mención partió de sus amigos, que no lo olvidan, y la recogió su familia: su viuda, María Luisa, y su sobrino, Sandro Silva, actual responsable del grupo hostelero Paraguas, premiado precisamente el año pasado. «Mi tío fue fundamental en su restaurante Trascorrales en los años 90 y 2000. Todo lo que soy hoy se lo debo a él porque me lo enseñó todo», ahondó Silva, visiblemente emocionado. Hablar de él, coincidieron en señalar, «es hacerlo de la hostelería misma». De ahí el homenaje y el largo aplauso que le dedicaron los presentes, entre los que se encontraba lo más granado de la sociedad política y empresarial asturiana.
Los premios anuales concedidos por Hostelería de España recuperaron en Oviedo su espíritu itinerante tras seis años celebrándose en Madrid. «Nos hemos movido porque Oviedo nos llamó, quería que estuviésemos y lo ha conseguido», dijo José Luis Yzuel, alabando el trabajo que se está haciendo desde la ciudad que ostenta este año el título de Capital Española de la Gastronomía. «Oviedo está apostando por el turismo, algo que necesitaba, y hay que reconocer todo lo que está consiguiendo», celebró, al tiempo que aplaudía la labor de la patronal asturiana de hostelería y turismo, Otea, y a su presidente, José Luis Álvarez Almeida, que también es vicepresidente a nivel nacional. Una ardua tarea de posicionamiento que también destacó Adrián Barbón.
Desde Otea partió precisamente la candidatura de la cultura sidrera, que en su defensa expuso que «ha desarrollado en torno suyo una compleja ritualización y unos espacios y ocasiones de sociabilidad propios, convirtiéndose en un elemento indispensable». Hacía un guiño especial, claro, al escanciado «como una de las señas de identidad que mejor representa a Asturias en el mundo».
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Los galardones de Hostelería de España cuentan con varias categorías adicionales, que recibieron a lo largo de una animada gala lo siguientes: premio al empresario hostelero: Lorenzo Cañas (La Rioja); empresa hostelera: Bodegas Castañeda (Granada); empresa hostelera comprometida con la responsabilidad social: Carifood (Madrid); empresa hostelera comprometida con las personas con discapacidad: UMANIKO (Ilunion); empresa hostelera destacada en innovación: La Boscana (Lérida); empresa hostelera comprometida con la sostenibilidad: Restaurante César Anca (Alicante); cocinero empresario: Pablo González Conejero (Murcia); profesionalidad en sala: Sergio y Antonio Rodríguez Fontanet (Castellón); internacionalización: Aratz, Casa Urola y Zaspi STM (Gipuzkoa); concordia: Felipe González; contribución a la mejora del sector: Julia Pérez Lozano; difusión: Aquí la Tierra; entidad o institución: Cruz Roja; empresa proveedora: Conservas Calvo; labor formativa: Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Huesca; promoción asociativa: Laura Mateo (Murcia).
Hubo chascarrillos improvisados antes de empezar la gala de entrega y emoción y nervios en el transcurso de la misma, que comenzó con un homenaje a los afectados por la DANA, porque aunque el acto estaba celebrándose en Oviedo, el pensamiento estaba en Valencia y Albacete, las provincias más afectadas. Con ellos estaban los presentes y por ellos se celebró la entrega de premios.
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«Tenemos el compromiso con Oviedo de hacer algo más, pero hoy aquí, hacemos entrega de una cantidad de dinero en la que han colaborado en conseguir todos los hosteleros de Asturias», explicó Álvarez Almeida. «Granito a granito» reunieron 16.000 euros y se los entregaron a Manuel Espinar y Begoña Galijo, representantes de la hostelería de Valencia y Albacete, respectivamente. «La unión hace la fuerza y en hostelería lo sabemos bien», apuntó ella, mientras que él aseguró que «España es muy grande y la solidaridad de este país lo demuestra».
Hubo tiempo para danza, para homenajear a los equipos de sala y para felicitar al legendario periodista madrileño José María García, que, invitado a hablar por los premiados Edu Galán y Jorge Ilegales, celebra hoy su cumpleaños. «Asturias me llena el corazón. Estoy aquí por Trascorrales y su gran legado», dijo.
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El argayo, que provocó más de un viaje largo, también salió a colación. Si bien la emoción volvió a reinar al final, pues se cumplía la decimoctava edición de los premios sacando a relucir una nueva categoría, que desde ayer y a futuro lleva por nombre Hostelería con corazón. El primer galardón de lo recibió un emocionado presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, que no sabía nada. «Sospeché al ver a todo mi equipo aquí tan elegante, pero no me lo esperaba». Emocionado contó que tras ocho años al frente dejará el cargo próximamente y que esos serían, de hecho, sus últimos premios al frente. «Estoy en un momento agridulce, feliz por lo conseguido, pero aquejado de una enfermedad –tiene cáncer–», explicó, antes de asegurar que se iría «con la cabeza muy alta» por todo lo conseguido en un sector que ahora es «más fuerte y solvente».
El alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, celebró al sector y la vigente capitalidad de la gastronomía de su ciudad. «Todo el mundo se va a enterar de quienes son Oviedo y Asturias en gastronomía. Apoyándola, apoyamos al comercio y la economía local», recordó.
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