«Fue un político comprometido y un sindicalista luchador», destaca Barbón

El hombre de la eterna sonrisa, «del humor socarrón asturiano», según definición de Gaspar Llamazares, estaría sorprendido ayer al ver cómo amigos de aspecto tan rotundo como el expresidente Javier Fernández o el alcalde de Morcín, Mino García, se quedaban con el discurso roto o, directamente, rompían a llorar. «Cuarenta años juntos, qué queréis que os diga», lloraba Mino, mientras que Fernández recordaba «al amigo que hice antes de que ninguno entrara en política». Un amigo que mantuvo esa condición «por encima de todas las ideologías».

Y no es una frase hecha. La muerte de Aníbal Vázquez, el eterno alcalde de Mieres, líder de mayorías absolutas y pieza clave del comunismo asturiano, puso de manifiesto el gran cariño y respeto que el regidor se ganó entre propios y extraños. «Le conocí en 2011 y nos hicimos amigos desde el minuto uno. Es un ejemplo a seguir», comentó la alcaldesa de Gijón, durante su visita a la capilla ardiente abierta desde ayer y hasta la despedida mañana, en el Consistorio de Mieres.

Uno por el que ayer pasaron cientos de personas. Tantas que la cola daba la vuelta a la manzana. Y a la espera de acceder estuvieron, rigurosamente, los ya citados, así como las exconsejeras Laura González y Noemí Martín, así como alcaldes de toda la región y portavoces de los grupos parlamentarios en la Junta del PSOE, PP, Foro, Podemos (hoy en el Grupo Mixto) y, claro, de IU.

«Perdemos a un referente, a un compañero, a un amigo, a un líder», dijo visiblemente emocionado Ovidio Zapico, coodinador de IU y actual consejero de Ordenación del Territorio. Acudió él junto a otros dirigentes de la coalición, todos para abrazar a su viuda, Belén García, y a sus hijos, Susana y David, que vieron cómo su marido y padre era honrado como lo que fue «un buen paisano, un gran sindicalista y un referente del municipalismo».

Palabras pronunciadas por la mayoría, pero que tuvieron en el presidente regional, el socialista Adrián Barbón, su principal altavoz. Muy emocionado, confesó que no sabría «expresar con palabras lo que siento». Porque con Aníbal Vázquez «no solo nos deja un referente del municipalismo, un político comprometido y un sindicalista luchador», sino también «un amigo. Da igual que militara en IU y yo en el PSOE, los dos compartimos la lucha por las cuencas mineras, por la justicia y la igualdad».

Esa cualidad, la de amigo, fue destacada por todos. «Era fácil pasar de compañero alcalde a amigo», recordó la regidora de Avilés, Mariví Monteserín, mientras la presidenta de la Federación Asturiana de Concejos (FACC) reiteraba la idea «tenía una personalidad arrolladora».

Tanto que cautivó no solo a sus compañeros de la izquierda, sino a los de otros partidos. «Se hacía querer más allá de ideologías y de partidos», explicó el portavoz y futuro presidente del PP, Álvaro Queipo, mientras desde Foro, Adrián Pumares recordó que «se hacía querer por todos». Porque, remachó el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, «fue una persona muy querida y que trabajó sin descanso por el interés general de todos los mierenses». Vox se limitó a «lamentar su pérdida y transmitir nuestro pésame».

Fuera del mundo de la política, tanto el Sporting como el Caudal hicieron ayer público su dolor por la pérdida del alcalde de Mieres, como también lo hizo Otea, la patronal turística asturiana. Desde el Colegio de Enfermería se lamentó «la pérdida de un alcalde como Aníbal», mientras que el mundo empresarial fue unánime «una pérdida enorme». Carlos Panizares, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, recordó que «en la pandemia, cuando se dieron ayudas para los autónomos, él fue el ariete para que las cobraran».

Y mientras, ante el Consistorio hubo esperas de hasta 45 minutos para entrar a despedir a Aníbal. Mieres le dio su última mayoría absoluta en forma de despedida masiva y muy, muy sentida.