Cola en una oficina de empleo. E. C.
Pobreza en Asturias

Uno de cada cuatro asturianos tiene serios problemas para afrontar imprevistos o comprar ropa nueva

250.000 vecinos del Principado tiene unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza

Olga Esteban

Oviedo

Jueves, 17 de octubre 2024, 12:40

250.000 asturianos viven en riesgo de pobreza o exclusión. Es decir, uno de cada cuatro vecinos de la región tiene unos ingresos por debajo del umbral de la pobreza o, ingresando algo más, tiene serios problemas para tener una vida digna, ... no puede afrontar gastos imprevistos, ni sustituir ropa o zapatos en mal estado, pasa frío en el hogar o ha tenido retrasos en los pagos. Asturias sufre ya, por tanto, una pobreza estructural.

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Así lo pone de manifiesto el XIV informe 'El Estado de la pobreza en España y Asturias. Seguimiento de los indicadores de la Agenda 2030 UE2015-2023', el conocido como Informe AROPE, que se ha presentado esta mañana en la Junta General del Principado y que ha dejado claro que Asturias está lejos de los objetivos que nos ha fijado la Agenda 2030. No es solo que no nos acerquemos a ellos, sino que parece que nos alejamos.

El 25% de la población en Asturias está en situación de riesgo de pobreza o exclusión, cifras muy lejanas a las de 2008, cuando empezamos a concatenar crisis, y a las de 2015, año que se toma como referencia para analizar los avances en los objetivos de la Agenda 2030. Dentro de ese porcentaje general, el Informe AROPE mide tres situaciones. Por un lado, la tasa de riesgo de pobreza, esto es, quienes tienen ingresos por debajo del umbral de la pobreza, una tasa que alcanza al 18,6% de la población. Y aquí hay datos muy preocupantes, porque el propio informe nacional destaca «la extrema situación de las personas pobres» en Asturias, una de las comunidades con peores tasas en este sentido, junto con Navarra, Castilla y León y Baleares. Es decir, aunque Asturias haya rebajado ligeramente el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, «casi la mitad de las personas pobres tienen unos niveles de pobreza severa» o, lo que es lo mismo, viven en hogares con ingresos menores a 611 euros al mes.

La segunda cuestión que mide el informe es la tasa de baja intensidad de trabajo por hogar, esto es, aquellos que trabajan tan solo un 20% de las horas que podrían trabajar. Y aquí, de nuevo, malas noticias para Asturias, que es «la cuarta comunidad autónoma con peor desempeño, por detrás de Ceuta, Melilla y Canarias. En Asturias, el 13,6% de la población menor de 65 años vive en hogares con baja intensidad de empleo».

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Finalmente, el estudio analiza los datos de Privación Material y Social Severa (PMSS), donde también han empeorado los datos, hasta el 6,5% de la población. Lo que llama la atención es que casi la mitad de los asturianos que están en esta situación tienen ingresos por encima del umbral de la pobreza. «El aumento del coste de la vida, alimentos, suministros y gastos relacionados con la vivienda ha neutralizado el aumento de renta media que se ha producido en los últimos años», ha explicado Elena Rúa, presidenta de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en Asturias (EAPN-AS), entidad que realiza el informe.

La vivienda, una «emergencia»

Rúa ha destacado precisamente la cuestión de la vivienda, que se ha convertido en un importante obstáculo para poder salir de una situación de pobreza o riesgo de exclusión. Por eso, la Red ha anunciado que va a realizar un estudio específico sobre lo que consideran ya una «emergencia». Porque precisamente quienes menos ingresan dedican una media del 37% de esos ingresos a los gastos de vivienda.

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La Red contra la Pobreza ha destacado también las tres brechas que no se consiguen superar. En primer lugar la de género, con las mujeres siempre como principales afectadas por las situaciones de pobreza y, en concreto, las familias monoparentales, compuestas casi en su totalidad por una mujer con menores a su cargo. En segundo lugar, la brecha generacional, con los menores de 18 en situación preocupante. Y, finalmente, la brecha de la ruralidad: hay peores tasas de pobreza en las zonas rurales que en las urbanas.

Con todos estos datos sobre la mesa, Elena Rúa ha reiterado la «demanda histórica» de que Asturias cuente con una estrategia de lucha contra la pobreza, que aborde el problema desde todas las perspectivas.

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El presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño, no ha ocultado la preocupación por las cifras y porque «pobreza es sinónimo de desigualdad, en la que estamos instalados. Llevamos años desconstruyendo el Estado del Bienestar», ha asegurado, lamentando el «empobrecimiento de las clases medias» y la construcción de «una sociedad de ricos y pobres que en Europa, desde la segunda Guerra Mundial, habíamos conseguido mejorar».

En la presentación del informe se ha puesto también de manifiesto la importancia de las transferencias sociales «como barrera ante la exclusión. Si no hubiera estas transferencias (ni pensiones, jubilaciones, ni supervivencia), para el 2023 la tasa de riesgo de pobre en Asturias pasaría del 18,6% al 48%. Si mantuviéramos las pensiones y eliminásemos el resto de las transferencias sociales (estatales, autonómicas y locales, como el IMV, el Salario Social y otras ayudas), la tasa de pobreza aumentaría del 18,6% al 23,9».

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