E. PANEQUE / A. TORICES
GIJÓN.
Sábado, 23 de octubre 2021, 04:57
El virus SARS-CoV-2 no solo es responsable del proceso infeccioso más letal y del problema de salud más grave al que los españoles se han enfrentado en décadas. La estresante crisis sanitaria y social generada por la pandemia ha traído como gran ... daño colateral serios trastornos en la salud mental de un número muy elevado de ciudadanos. Confinamiento, aislamiento, muertes sin duelos, miedo, inseguridad, soledad o precariedad laboral han pasado una factura psicológica tremenda, según certifica el chequeo a la salud de los españoles realizado por la aseguradora Aegon y el Consejo General de Colegios de Psicólogos.
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El barómetro anual 'Estudio de Salud y Estilo de Vida' concluye que, tras más de año y medio de crisis sanitaria, casi cuatro de cada diez españoles de toda edad y condición, el 36,6%, no dudan en confesar que su salud psicológica y emocional ha empeorado y, como ya apuntaban las alertas previas, la presencia de síntomas preocupantes es bastante mayor entre jóvenes y mujeres.
Chocan estas cifras cuando se observan los datos correspondientes a Asturias. En lo referente a los casos probables de depresión queda a mucha distancia de las medias nacionales. Siendo preocupantes, lo confiesan el 9,4% de los encuestados. En el caso de síntomas de ansiedad sube. Llega hasta el 18,7%. Muy cerca de los que refieren ideación suicida, que confiesa un 17,9% de los asturianos.
En términos generales, preguntados si creen que su salud emocional ha mejorado o empeorado durante el último año, los resultados no dan pie a discusión alguna: el 30% de los asturianos reconoce que ha ido a peor por 9,9% que considera que ha mejorado.
Prácticamente el único factor de salud que tiene una tendencia positiva en los últimos doce meses es que el 20% de los ciudadanos señala que consume menos cantidad de alcohol que antes, un dato que puede no ser ajeno al larguísimo periodo de prohibiciones y limitaciones para acudir a bares y restaurantes.
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Esta es la última señal de alarma, que ya viene preocupando a las autoridades sanitarias desde hace meses. Primero llegó la alerta de los pediatras. Los niños, y sobre todo los adolescentes españoles, han sufrido un impacto psicológico enorme por los daños y restricciones derivados de la pandemia. Se han multiplicado las atenciones urgentes por trastornos de la alimentación, autolesiones, ideación suicida o cuadros depresivos. Después, los sanitarios. Hasta el 50% de los profesiones que han peleado en primera línea contra el virus -UCI, urgencias, plantas covid, emergencias, primaria, residencias- han presentaban síntomas de depresión. El Gobierno, a través del propio presidente, aseguró hace una semana que ha escuchado los avisos de los profesionales que conviven en el día a día con el problema y que la atención psicológica será una prioridad de la sanidad pública. Pedro Sánchez se comprometió a que las distintas administraciones contarán con 100 millones de euros adicionales hasta 2024 para ejecutar un Plan de Salud Mental.
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