Ocho pescadores logran salvar su vida tras un naufragio cerca de Avilés

Todavía no se ha esclarecido la causa concreta que provocó el accidente, pero se sabe que no fue un fallo mecánico, información confirmada por fuentes cercanas al armador del barco, Juan Antonio Regal. El buque se dirigía al puerto de Avilés tras faenar durante la noche, se quedó sin gobierno y chocó contra las rocas cerca de los acantilados.

Según confirmó a este periódico la Capitanía Marítima del municipio gallego de Burela, de la que depende Celeiro, «se baraja que la causa del hundimiento sea que el barco perdiese motor al tocar con el fondo, posiblemente con una roca, pero todavía se está investigando y no hay confirmación oficial».

Según Salvamento Marítimo, a las 00.22 horas del viernes se recibió por el canal VHF una alerta del 'Serenín' de que se dirigía contra las piedras sin control. Los ocho tripulantes de la embarcación pudieron saltar a las balsas salvavidas. De inmediato se movilizó al helicóptero Helimer 206, así como a la lancha de los prácticos del puerto de Avilés, que subieron a su embarcación a los náufragos y los llevaron hasta el muelle pesquero avilesino. Fue una operación coordinada por el Centro de Salvamento Marítimo en Gijón. También ayudaron en las tareas de rescate pesqueros que se encontraban en la zona y recibieron la alarma por radio.

La Autoridad Portuaria de Avilés confirmó que había fuerte oleaje, pero no está claro que fuese la causa del choque. Los ocho ocupantes resultaron ilesos tras el hundimiento de su barco. Únicamente uno de ellos tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario San Agustín de Avilés, para ser tratado de varias contusiones leves en el brazo. Los pescadores pasaron el resto de la noche en la Casa del Mar de Avilés y a primera hora de la mañana emprendieron el viaje hacia Galicia.

Las primeras horas tras el accidente del pesquero fue necesario activar el Plan de Emergencia Interior y la Autoridad Portuaria peinó la zona del hundimiento para comprobar que lo sucedido no afectaba a la navegabilidad en la ría avilesina.

«Tuvimos suerte porque la corriente arrastró en un primer momento el barco hacia el este y por tanto no interrumpe el canal de navegación. Nos consta que han aparecido enseres en la playa y puede haber algún vertido de combustible, pero no hay riesgo porque es una cantidad muy pequeña», confirma Santiago Rodríguez Vega, presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés.

El pesquero 'Serenín' se construyó en 1999, bautizado inicialmente como Minchos Quinto, nombre que perdió en 2017. El barco tenía un casco de acero, medía treinta metros de eslora, 7,5 metros de manga y alcanzaba las 149 toneladas de arqueo. Era un buque especializado en la pesca de arrastre de fresco y sus puertos de recale habituales en los últimos años eran el de Avilés, el de Burela (Lugo) y el de Pasajes (Guipúzcoa). Desde hace dos décadas el 'Serenín' faenaba en el litoral Cantábrico.