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«La veda del bocarte de 2005 a 2010 es una de las claves de esta abundancia»

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Cajas repletas de bocartes y listas para la subasta en la rula de El Musel. ARNALDO GARCÍA

«La veda del bocarte de 2005 a 2010 es una de las claves de esta abundancia»

Los científicos dicen que el Cantábrico atesora en la actualidad la mayor población de esta especie desde los años noventa

LAURA CASTRO

GIJÓN.

Jueves, 7 de junio 2018, 02:13

«La población de bocartes estaba en un punto crítico. De no ser por el parón, no se habría regenerado». Con estas palabras destacó Begoña Villamor, científica titular del Oceanográfico de Santander y especialista en la especie, la importancia que tuvo la veda pesquera del bocarte desde el 2005 al 2010, pues «es una de las claves» de la abundancia que se está dando este año. El motivo del acuciante descenso de la biomasa respondía a una escasez de los nacimientos como consecuencia de una pesca abundante y constante y, también, a las características de la especie que se ve gravemente afectada por los parámetros ambientales que pueden disparar su mortalidad.

Sin embargo, todo apunta a que durante estos últimos años la situación se ha revertido por completo. Tal ha sido el crecimiento de la especie desde el parón pesquero, que el Cantábrico atesora actualmente la mayor población desde los años noventa y primeros del 2000, pues es el último período en el que se tiene constancia de una presencia tan notable en las costas asturianas y gallegas.

Los bocartes tienen una vida muy corta, de tres o cuatro años, por lo que su sostenibilidad se basa en los reclutamientos. Esto es, el número de ejemplares que nacen cada año y se incorporan a la población más adulta. Los indicadores que manejaban los científicos de los Oceanográficos de Gijón y Santander preveían ya desde hace varios años que el reclutamiento del 2018 sería uno de los mejores de la cifra histórica y el mejor desde la reapertura de la pesca en 2010. Esto, sumado al carácter de la especie, que tiende a migrar una vez que finalizan la puesta durante la costera primaveral, explica que haya ido conquistando el espacio desde el golfo de Vizcaya hacia Galicia y Asturias -cuando hay menos abundancia tiende a extenderse exclusivamente hacia el sur de Francia- como sucedía en los años sesenta, setenta y ochenta cuando se dio la mayor biomasa de esta especie en el Cantábrico. De hecho, históricamente las capturas más grandes se realizaron durante esos años cuando se llegaban a pescar 80.000 toneladas de bocartes.

33.000 toneladas de límite

Las cifras de extracción actuales se limitan a 33.000 toneladas por el plan de gestión de la Unión Europea, que adjudica una cuota del 90% para España y otro 10% para Francia. «Ahora mismo tenemos una población estable y muy por encima de los límites biológicos seguros -en torno a las 85.000 toneladas según el último dato de 2017- y es gracias al consenso que hay entre los científicos y el sector pesquero. Es necesario controlar la población de todas las especies capturables para asegurar su pervivencia y su regeneración», puntualizó Villamor.

La riqueza de bancos en Asturias ya se hizo notar a finales de mayo con las llegadas de las primeras 'bocartadas' que dejaron en la lonja de El Musel más de 300.000 kilos, una cifra que prácticamente duplicaba a todo lo capturado en 2017 (189.804). Sin embargo, la mejor jornada de lo que va de costera primaveral llegó el pasado martes cuando Avilés y Gijón rularon más de 300.000 kilos de bocartes descargados por más de setenta barcos.

La jornada de ayer también dejó buenas cifras con la llegada a El Musel de más de cuarenta barcos. Descargaron unas capturas superiores a los 100.000 kilos, que continúan avalando las previsiones de científicos y pescadores que insisten en que «es una de las mejores costeras que se recuerdan».

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