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Olga Esteban
Martes, 11 de junio 2024, 14:13
Los que han terminado segundo de Bachillerato aún no saben qué nota han sacado en el que, seguro, consideran el examen más importante que han hecho hasta ahora, la EBAU. Pero los que ultiman estas semanas su exámenes finales en primero de Bachillerato deben poner la vista en la nueva EBAU. Que ya no será EBAU (o EVAU, según la comunidad, porque ni el nombre se logró unificar), sino PAU: Prueba de Acceso a la Universidad. La nueva selectividad, la que debería haberse inaugurado este año y que llegará finalmente en 2025, con importantes cambios, tal y como ha aprobado hoy el Gobierno.
Cambios respecto a lo que ha sido la prueba hasta ahora, especialmente en estos últimos años, cuando el 'modelo pandemia' ha favorecido la optatividad. Lo que en un principio fue una garantía para que todo el alumnado tuviera las mismas opciones después del encierro, en la práctica ha supuesto batir récords de aprobados y notas altas.
En cualquier caso, la optatividad finaliza. Hasta ahora había dos modelos de examen (que se podían repartir aleatoriamente o que podían facilitarse para que el alumno eligiera), pero en el futuro habrá solo uno. Y aunque habrá la posibilidad de elegir entre varias preguntas, se acaba la posibilidad de poder alcanzar la máxima puntuación sin haber estudiado todo el temario.
Tal y como se presentó ya en el borrador de octubre y que luego ha pasado por el Consejo de Estado, con apenas modificaciones, la PAU mantendrá la estructura que tiene ahora. Una primera fase de acceso, con las pruebas de las asignaturas obligatorias troncales y de modalidad (con una nota máxima de 10) y otra de admisión, con las asignaturas optativas, que permite subir la nota a 14 para aquellos alumnos que quieren acceder a grados con notas de corte muy elevadas.
El Gobierno ha tratado de diseñar una prueba lo más homogénea continua, para intentar acabar con el eterno debate sobre las diferencias entre comunidades. En este sentido, una de las medidas más importantes es que la coherencia y la corrección gramática, léxica y ortográfica contarán al menos un 10%.
Pero, sin duda, la principal novedad de la PAU es que tratará de ser un examen más competencial y menos memorístico, aplicando así la filosofía de la reforma educativa. Al menos un 70% de las respuestas de cada ejercicio deberán ser abiertas o de respuesta breve. El 30% restante serán tipo test. Además, la idea que los enunciados estén relacionados con la propia vida del alumnado, es decir, que sean cuestiones reales y prácticas.
No habrá cambios en la duración de los exámenes. Aunque en un principio se había hablado de la posibilidad de que fueran de 105 minutos, se dejan en 90. Tampoco habrá modificación en el peso que el examen tiene en la nota final de la EBAU: un 40%. El 60% restante corresponde al Bachillerato.
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