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O. VILLA
GIJÓN.
Viernes, 7 de enero 2022, 01:04
Este mediodía, el llanerense Francisco Álvarez Martínez, arzobispo emérito de Toledo y último cardenal asturiano, será enterrado ante la Capilla de la Descensión de la Catedral Primada de Toledo, una ubicación digna de una de las carreras eclesiásticas más destacadas de las últimas décadas. Monseñor ... Álvarez rindió su vida a las siete menos cuarto de la mañana del pasado miércoles, a los 95 años. Fue casi veinte años después de haber dejado la sede toledana por motivos de edad, pero con la satisfacción de haber sido uno de los 64 cardenales que participaron en el cónclave que el 19 de abril de 2005 eligió, tras cuatro votaciones, al alemán Joseph Ratzinger como Papa (Benedicto XVI).
Previamente, el actual arzobispo, Francisco Carro, presidió una celebración de la palabra en la Capilla de la Inmaculada de la catedral toledana, en la que se dio lectura a un telegrama que el Papa Francisco envió al Arzobispado toledano por el fallecimiento del cardenal Álvarez Martínez. El Papa, según leyó el vicario de la diócesis, destacó al cardenal Álvarez como un «abnegado pastor» y, tras mostrar su «sentimiento de pastor», Francisco anunció que ofrecerá sufragios por el eterno descanso del alma del cardenal asturiano.
El féretro con los restos mortales de Francisco Álvarez estarán hasta este mediodía en la Capilla de la Inmaculada, donde el actual arzobispo toledano, Francisco Cerro, acompañado del arzobispo emérito, Braulio Rodríguez, el obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio, que también fue obispo auxiliar de Toledo entre 2004 y 2007 y el vicario general y obispo auxiliar electo, César García Magán, subrayó que tras la muerte de Francisco Álvarez «somos más pobres en la Tierra, pero más ricos en el cielo». Cerro dibujó al cardenal como un hombre «trabajador, discreto, humilde, sencillo, que supo estar y retirarse», y añadió que «se entregó con pasión por la Iglesia y dio con su vida testimonio de buen pastor». «Nunca se cansó de sembrar», añadió Cerro, que fue especialmente cariñoso con las personas que en los últimos años cuidaron al cardenal mientras su salud se iba minorando, y que en el acto de la Capilla de la Inmaculada estuvieron presentes en primera fila.
La situación pandémica ha llevado a Toledo una cierta polémica entre quienes, como el Arzobispado de la Sede Primada de las Españas, defienden que no se celebre un solemne funeral ahora y quienes, como la Hermandad de la Caridad, quieren mantener todo el ceremonial, que se remonta al año 1085, cuando se fundó esta cofradía, la más antigua del país, que tradicionalmente cierra con una última palada de tierra las tumbas de los arzobispos primados que han sido.
Francisco Álvarez fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1950, obispo en 1973 y fue titular de las sedes de Tarazona, Calahorra y La Calzada-Logroño, Orihuela-Alicante, Toledo y, circustancialmente, como administrador apostólico, de la de Cuenca. Juan Pablo II lo creó cardenal en 2001.
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