Palomino recupera la custodia de su hijo y su expareja teme «que le pase algo»

Su miedo radica en que el niño, probablemente, sea clave para poder probar la culpabilidad, en caso de que existiera, en el envenamiento que Arantxa habría perpetrado contra su tía. «Estoy aterrorizado. Completamente aterrorizado. Tengo mucho miedo a que le hagan algo», afirma su padre.

Esta preocupación, sin embargo, no fue atendida por el juez. Según fundamenta el auto que otorga la custodia del niño a Palomino, se trata de una persona que se encuentra en libertad, contra la que no se ha podido probar nada por ahora, «y, además, no hay una orden de alejamiento en la causa que se está tramitando contra ella en Madrid».

Esta decisión comparte los criterios de la fiscalía ya que para el ente público tampoco había causas objetivas por las que se debiera adoptar una resolución contraria a la vigente.

A la espera del recurso que presentará el padre, su abogado, Luis Manuel Fernández, incide en la gravedad de esta sentencia ya que «el niño de once años regresa a la casa de la madre sin que se establezca ningún control legal». De tal manera, entiende que Palomino pueda tener interés en destruir el único hecho probatorio que puede ser la figura del menor. Cuando Palomino y Luis Lorenzo fueron detenidos, la Guardia Civil encontró al menor en el domicilio y tras cuidarlo durante unas horas, Romo Melgar acudió a recogerlo. «Si la policía en su momento lo entregó, sería por algo», señala el letrado.

A su padre le preocupa que esto que está viviendo le condicione para siempre. «Él tiene que ser feliz y disfrutar. Ha podido ver con sus ojos algo cruel, terrible e inhumano. Seguramente, a quien dictó la sentencia, no le gustaría que su hijo pequeño estuviera en las manos de semejante ser», afirma. Además, al margen de los daños físicos que no descarta que pueda llegar a sufrir, teme que «lo manipule para convertirlo en cómplice de un asesinato».

Asimismo, a tenor de las declaraciones de su padre, María Isabel Suárez no fue la única persona aislada, presuntamente, por ese matrimonio. «Llevaba cinco años sin ver a mi hijo. Eso fue inhumano», afirma.

Ni antes de su inicio, ni al terminar el mismo, Palomino hizo declaraciones. Con un escueto «sigo manteniendo que soy inocente» y un «gracias» cortante, despachó a los periodistas que esperaban a su llegada. Eso sí, a la salida del tribunal, la felicidad de su rostro era más que evidente. En ese momento, se dirigió al coche en el que estaba Luis Lorenzo, que no salió en ningún momento del vehículo.

Mientras, en Madrid, la cuidadora de Maria Isabel, Ana Elizabeth afirmó en sede judicial que la fallecida le repetía«que no se sentía libre y que no quería vivir con ellos». Es más, según la versión de la cuidadora, habría dicho que «prefería morirse a vivir de esta manera». La empresa de servicios para la que trabaja defiende la inocencia de su trabajadora porque, cuando comenzó la prestación de servicios, se encontraron a una persona «que no estaba ni física ni psicológicamente bien, ni se le estaba dando el tratamiento adecuado para ella». Mañana vuelven a declarar los acusados.