Pajares abrirá este fin de semana 12 pistas y más de seis kilómetros esquiables

Tuero, que ha señalado que es la primera vez que se lleva a cabo una medida de este tipo, ha explicado que, hasta el viernes 30 de noviembre, las instalaciones solamente abrirán los fines de semana. De esta forma, Valgrande-Pajares se convierte en una de las primeras del país en arrancar.

En concreto, se pondrán a disposición de los usuarios dos telesillas cuatriplaza: Brañillín y Valle del Sol. La previsión de apertura de pistas es de 4 verdes, 3 rojas y 5 azules que permiten el descenso desde la zona alta a la parte baja de la estación por la zona del Valle del Sol y generan un total de 6,6 km esquiables.

La campaña pasada se saldó con un balance de 128.804 usuarios entre las dos instalaciones asturianas: Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno, y una recaudación de más de 1,8 millones por la venta de forfaits. El recuento reflejó un significativo incremento respecto a los 80.300 usuarios del período 2016-2017. En concreto, 68.991 esquiadores visitaron Pajares y 59.813 Fuentes de Invierno.

El esquí pone el epílogo a un temporal que ayer remitió definitivamente. La cota de nieve, situada en los 1.300 metros de altitud, todavía remontará hoy hasta los 2.000, si bien el pronóstico de la Agencia Estatal de Meteorología es de precipitaciones generalizadas a última hora. De los 18 puertos que estuvieron cortados, solo quedaban anoche dos, el Connio(Cangas del Narcea) y Ventana (Teverga). En Laviana, Quirós y Riosa los puertos de la Colladona, la Cobertoria y el alto del Cordal estaba abiertos, pero requerían cadenas.

La buena nueva la aportaron los trabajadores de EdP que, con el apoyo de militares y bomberos, repusieron el fluido eléctrico a los últimos 500 afectados por el apagón, todos en Somiedo. Es uno de los frentes donde estuvo la Unidad Militar de Emergencia (UME), que ayer se retiró de la región. «Tenemos una vocación de servicio inmensa y que se nos active es muy positivo, sobre todo para ayudar a la población; cuando llegamos había cierta desesperación entre el personal local», confiaba el capitán David Martín. Ver la llegada de los uniformados tranquilizó a los afectados.

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