ALEJANDRO FUENTE
PUERTO DE SAN ISIDRO.
Sábado, 30 de enero 2021, 02:15
Hay que circular muy pocos metros desde el punto que marca la prohibición de continuar por la carretera, el núcleo allerano de Cuevas, para entrar en un paraje desolado. La nieve ha redibujado el escenario que acompaña el trazado del puerto de San Isidro ... hasta las viseras antialudes. Los taludes se presentan ahora marcados por el paso de numerosas avalanchas, que han dejado sus huellas. Piedras apartadas al borde del asfalto, grandes troncos cortados para permitir el paso de los vehículos de emergencias, regueros de barro que invaden la carretera, vallas metálicas completamente reventadas y largos tramos de quitamiedos arrancados de cuajo y doblados con la facilidad que otorga una fuerza brutal.
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Han pasado ya treinta días desde la tragedia. El día de Año Nuevo una avalancha arrastraba una gran máquina quitanieves y se tragaba a sus operarios. Por la noche de ese día 1 se pudo encontrar el cuerpo de los trabajadores, a César Fernández. Su compañero, Virgilio García, sigue desaparecido. Y también las labores de búsqueda.
Bajo una de las viseras antialudes, ya cerca de culminar el puerto, se encuentra el puesto de mando avanzado de Bomberos de Asturias. El jefe supervisor, Eduardo Rubio, señala la zona cero de la tragedia. Una montaña de nieve marrón se entremezcla con el acero arrancado.
Es preciso asomarse por el precipicio para ver, en la lejanía, a los efectivos de Bomberos y de la Guardia Civil haciendo sondeos y paleando en el denominado sector dos. Hay un total de tres, explicaba Rubio. El primero de ellos, el punto del alud junto a la calzada. El tercero, un nevero en la parte más baja de la canal, donde había una docena de rastreadores trabajando. La zona del medio es donde se ha encontrado la cabina de la quitanieves. «Todos los días aparecen piezas de la máquina, quedó desintegrada por la fuerza de la nieve», añadía el jefe supervisor. Entre los dos sectores de abajo, se halló la cuchilla de la fresadora, una pieza de unas tres toneladas de peso. «Hubo que amarrarla para evitar su caída».
El agua baja ruidosa y el operativo la ha convertido en su aliada; la han canalizado para que vaya desgastando la nieve. Pero saben que la situación sigue siendo difícil. Una veintena de efectivos realizaba un sondeo minucioso en el sector dos. «Aquí el georradar ya es inservible, la superficie a rastrear es pequeña y tiene mucha profundidad». Algunos rescatadores hablan de más de doce metros. «Engaña mucho desde aquí». Los rastreadores señalan que es aquí donde hay más posibilidades de encontrar a Virgilio García. En la parta baja se ha abierto una senda embarrada para acceder al sector tres. También hay posibilidades de encontrarlo aquí.
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