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Los precios de las principales especies de interés comercial de pescado y mariscos que se venden en las rulas asturianas están en la actualidad a niveles muy parecidos a los de hace cuarenta años, y algunos incluso por debajo. El sector pesquero asegura que están ... sumergidos en una competencia desleal compitiendo con precios de productos importados que no les permiten vender «a precios justos» y acordes a sus costes de producción.
El pescador, Jorge Álvarez Medina, explicó con resignación que «ahora hay que vender cada vez más barato por la competencia desleal a la que estamos sometidos. Marruecos y Portugal venden el marisco mucho más barato y nosotros nos vemos obligados a bajar nuestros precios para poder vender algo. Aún así no logramos competir», afirmó Álvarez. Agregó que «ahora mismo los precios del pescado y el marisco están igual, o incluso por debajo que hace cuarenta años».
Un kilo de langosta, según este pescador, se vende a unos 43 euros el kilo en origen; el de camarón se paga en rula en torno a los 25 euros; el centollo salvaje, a 15 euros y el ocle, que es una especie de alga muy comercial, se vende a 0,50 céntimos el kilo. «El centollo ya de por sí lo vendemos muy por debajo, pero no se puede subir más porque nadie lo pagaría. Al fin y al cabo, la gente no mira si el producto es importado o no, sólo les importa el precio», se quejó Jorge Álvarez Medina. Al mismo tiempo, el pescador indicó que el ocle se tuvo que bajar de precio de 70 céntimos a 50 céntimos el último año, precisamente por la misma competencia desleal.
Por su parte, el patrón de la Cofradía de Pescadores de Cudillero, Ramón Jesús Riego, destacó que en estos meses del año, desde enero hasta la primavera, es la peor época para el sector. «Este mes tuvimos que parar porque no vale la pena ir a la mar para la poca producción que sacamos por esta época, en comparación con los costes. En gasoil, en cebo, en seguridad social, en los aparejos de las embarcaciones se gasta más del doble que hace unos años. Todo ha subido y lo único que se mantiene estancado es el precio del pescado», afirmó, indignado.
El patrón de la Cofradía de Pescadores de Cudillero explicó también que la merluza se vende entre 8 y 9 euros el kilo, igual que hace 40 años, cuando costaba 1.800 pesetas. «Un kilo de lubina lo vendemos a 18 euros, pero en la calle lo venden al doble. Y ahora también nos quieren cerrar los caladeros de merluza por normativa de la Unión Europea, y si eso ocurre, al menos la pesca artesanal desaparece», comentó Ramón Jesús Riego.
El pescador recuerda que hace unos años la angula se podía pescar durante cien días al año, sin embargo, ahora sólo se permite durante 30 días. «Todos son problemas y trabas, que complican el trabajo», aseveró.
El presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Puerto de Vega, Adolfo García, dijo que el Gobierno de Asturias trata al sector de la pesca industrial de la misma manera que la pesca artesanal. «Necesitamos que nos den el valor que merecemos, si el sector primario se paraliza España entera se paraliza. Es momento de que la gente y los gobiernos entiendan que no nos pueden seguir discriminando», alertó el presidente.
El patrón de la Cofradía de Pescadores de Ribadesella, Manuel Buenaga, destacó que este año se vio obligado a vender la lubina cinco euros más barata que el año pasado por la competencia desleal que les oprime. «Estamos retrocediendo y nos estamos empobreciendo. Y a ese precio que la vendo este año ya la vendí hace 40 años, no tiene ningún sentido salir a trabajar», afirmó, visiblemente afectado. Agregó que «que importa que nos den ayudas si por otro lado nos las están quitando con tantas restricciones. Y nos quieren pagar una miseria. Doce horas de trabajo todos los días para llegar a casa con 25 euros, no tiene sentido. Esto es una ruina total».
En la misma línea, este pescador aseguró que el sector va a desaparecer «y eso ya no tiene ninguna solución» porque con tantas prohibiciones y tan poca ganancia no existe relevo generacional. «El 70% de la plantilla somos personas de 60 años en adelante. No hay quien quiera dedicarse a esto y con razón», concluyó Buenaga.
Para el sector resulta complicado ser optimista respecto al futuro. Actualmente, los pescadores venden un kilo de lenguado en torno a unos 21 euros pero en la calle se encuentra a no menos de 35 euros, el bonito lo suelen vender a 6 euros y en la calle no se cotiza a menos de 16 euros, Esto refleja una realidad incuestionable que ha motivado el descontento general de los pescadores: el sector primario asturiano es el único que pierde.
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