MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Domingo, 14 de febrero 2021, 01:53
Convirtió su pasión por la sanidad en su profesión y eso le llevó a estar en contacto directo con la covid-19 lo que, según apuntan los indicios, al final le costó la vida. Pablo Riesgo Rivero, de tan solo 26 años, trabajaba desde ... hace poco más de un año como técnico en cuidados auxiliares de enfermería en el Hospital de Jove, después de haber pasado por el Hospital Begoña, y su actitud siempre optimista y su empeño en ayudar a los demás hicieron que pronto se ganara el corazón de sus compañeros. Y así se constató en el concurrido homenaje que tuvo lugar el pasado lunes a las puertas del centro sanitario, tras su inesperado fallecimiento.
Publicidad
Pablo era el único hijo de Luis Manuel y Montserrat, una familia de San Jorge de Heres y, aunque al principio parecía que la vida del joven Pablo se encaminaba hacia el mundo de la restauración, al final su verdadera vocación se impuso y abandonó la Escuela de Hostelería de Gijón para formarse como auxiliar de enfermería, porque lo que él quería era ayudar a los demás.
Hace apenas un año comenzó a trabajar en el Hospital de Jove y pasó por las áreas de hospitalización y urgencias, donde dejó huella en tan poco tiempo. Así lo reconocen sus compañeros, como Mari Paz Blanco, quien le recuerda «siempre con una sonrisa, nunca una mala cara». Y es que «el corazón no le cogía en el pecho. Era un chico muy sincero, muy trabajador y nunca dejaba cosas pendientes de hacer a sus compañeros».
En urgencias trabajó codo con codo con Enol Zapico y el azar quiso que fuera este último quien le ingresara cuando se puso enfermo hace unas dos semanas. «Era un compañero de 10. Trabajador, tranquilo y siempre arrimando el hombro». Recuerda que «fui yo, durante mi guardia, quien lo subió a la habitación y me decía 'vamos a salir. Pasamos los dos la covid y aquí estamos. Voy a ponerme bien'».
Y así era. Pablo Riesgo se había contagiado en noviembre y llegó a estar ingresado en la UCI durante doce días, afectado de una neumonía bilateral. Consiguió recuperarse, aunque aún mostraba signos de cansancio, pero «quiso volver a trabajar con unas ganas enormes, porque tenía vocación, quería a los compañeros y estaba muy a gusto», recordó su padre, Luis Manuel. Y volvió al trabajo hasta que el día 1 de febrero comenzó a sentir un dolor en la garganta que poco a poco fue a más y dos días acabó ingresando en el hospital. El día 6 tuvo que ser internado en la UCI y de ahí directamente al Hospital Universitario Central de Asturias, donde desafortunadamente falleció en la mañana del día 7. Un desenlace demasiado rápido para alguien dedicado en cuerpo y alma a ayudar a los demás.
Publicidad
Sus padres y su novia, Inés Suárez, fueron testigos, en el homenaje que se le rindió el pasado lunes, en el Hospital de Jove, de la profunda huella que Pablo dejó entre sus compañeros. Ese joven amante del deporte, seguidor sin fisuras del Sporting y del Marino de Luanco, que ya desde muy pequeño iba con su padre a ver los partidos de fútbol, dedicó su vida a ayudar a los demás y estuvo en primera línea de lucha contra la pandemia. En el HUCA investigarán el fallo multiorgánico que sufrió, dado lo extraordinario del caso, «para que pueda ayudar a otros en un caso que no es muy frecuente», indicó Luis Manuel.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.