El Gobierno del Principado quiso ayer zanjar el debate interno en torno al real decreto para el despliegue de la energía eólica marina que prepara el Ministerio para la Transición Ecológica tras el episodio ocurrido el lunes en sede parlamentaria y que evidenció, como ... poco, una falta de coordinación interna en el seno del Ejecutivo.
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El consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, Ovidio Zapico, que representa a la cuota de IU-Convocatoria por Asturias del Ejecutivo de Adrián Barbón, especialmente crítica con la proliferación de molinos de viento tanto terrestres como marinos, salió ayer en defensa de los intereses de los pescadores. Además, señaló que las alegaciones presentadas por el Principado a través de la Consejería de Medio Rural «son oportunas y me parecen políticamente necesarias» pero, además, apostilló, «era lo hablado» en el seno del Consejo de Gobierno. Sus declaraciones no eran baladí. Sólo 24 horas antes la consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico aseguró –por error, según se excusó horas después su gabinete– que el Gobierno regional no iba a presentar alegaciones.
Roqueñí argumentó que el Ejecutivo regional –luego se matizó que se refería exclusivamente a su departamento– estaba de acuerdo con la regulación propuesta por el Ministerio para la Transición Ecológica, que convierte a Asturias en una de las cuatro comunidades peninsulares con zonas aptas para la instalaciones de este tipo de molinos, y que entendía que no era el momento de presentar alegaciones. Hizo además en sede parlamentaria una argumentada defensa del desarrollo del sector eólico marino en la costa asturiana, aunque también dejó abierta la posibilidad de presentar alegaciones en fases futuras, cuando se evalué el impacto ambiental de cada uno de los posibles proyectos que se puedan ir presentando en las tres áreas que quedarían habilitadas en la costa asturiana: dos en el Occidente y una frente a Gijón. Horas después el Principado aclaró que sí habría alegaciones, a través de la Consejería de Medio Rural, y que de hecho en ellas se pedía «retrasar» la publicación del citado real decreto.
Ayer, mientras el también coordinador regional de IU quiso dejar claro que el Gobierno de unidad progresista «está para defender a las personas y no para defender los intereses de las compañías» –precisamente tras reunirse con representantes de la Plataforma por la Defensa del Entorno del Pico Cubel, de Pravia, preocupados por el proyecto para la construcción de un parque eólico terrestre en esta zona–, Roqueñí matizaba sus palabras durante una visita a Peñamellera Alta. Achacó a «un malentendido» lo ocurrido porque, insistió, en su intervención «me estaba refiriendo a mi propia consejería» y negó que hubiera posiciones contradictorias dentro del Gobierno. «La posición del Gobierno es la que yo misma transmitía en la Junta también en esa respuesta, y es que el desarrollo de las energías eólicas marinas, de esos proyectos que pueden posicionarse en las zonas, ya delimitadas por el ministerio, desde luego tienen que ser compatibles con la preservación de los ecosistemas marinos y con la conservación de una actividad como es la actividad pesquera que tiene todo el apoyo de este Gobierno», reiteró, prometiendo además «diálogo fluido y permanente» con los representantes del sector pesquero.
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Zapico evitó entrar a valorar el argumentario de Roqueñí, que en sede parlamentaria hizo una defensa a ultranza del desarrollo del sector eólico marino en la costa asturiana, cuestión que genera cierto recelo en IU-Convocatoria por Asturias. El dirigente de IU se queda con «los hechos» y entiende que los intereses de los pescadores están siendo defendidos por parte del Gobierno regional a través de la Consejería de Medio Rural, en cuyas alegaciones al real decreto se pide incluso «retrasar» su publicación hasta que se tengan en cuenta los efectos que los parques eólicos pueden causar en los ecosistemas. Para Zapico, por lo tanto, «no hay ninguna duda de que el Gobierno de Asturias está con su sector pesquero y yo, por supuesto, lo estoy rotundamente».
Vox, por su parte, quiso hurgar en la herida y su diputado Gonzalo Centeno dijo ayer «no salir de su asombro» por lo ocurrido. Las «contradicciones» entre los consejeros de Industria y Medio Rural «son una muestra más de la falta de coherencia y de desconcierto al que nos tiene acostumbrado el socialismo», dijo, al tiempo que advirtió de que once caladeros asturianos «podrían verse afectados por estos molinos de viento» si salen adelante los planes del Gobierno.
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