La venta de vivienda repunta con el «sueño» de asentarse en la zona rural

Los años que siguieron a la crisis económica desatada en la pasada década dejaron el sector inmobiliario de la comarca oriental inmerso en un estancamiento del que paulatinamente comienza a salir. 2020, año de inicio de otra nueva crisis, motivada ahora por la pandemia, supuso paradójicamente el de mayor impulso para la compraventa de viviendas, que repuntó un 8% respecto al ejercicio anterior al pasar de las 741 a las 801 viviendas vendidas, según los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. A grandes rasgos, la radiografía de las operaciones inmobiliarias refleja que el tirón está en la costa y que la segunda mano sigue copando el mercado, pues supuso el 92% de las transacciones.

Llanes y Ribadesella, concejos por excelencia para la segunda residencia, continúan encabezando las ventas con 294 y 137 operaciones respectivamente. El ejercicio de la pandemia deja subidas del 16,7% en el caso llanisco y del 7,9% en el riosellano. «A partir del confinamiento sí que notamos un incremento de la demanda. Al oriente y esta zona rural las puede potenciar y esperamos que el verano sea bueno en ventas», explica Susana Galán, de Rianorte Grupo Inmobiliario. Pese a que el grueso de las ventas sigue orientado a la segunda residencia, los agentes inmobiliarios sí detectan que el interés por asentarse en la comarca va en aumento. Dos son los perfiles de esas personas dispuestas a radicar en el oriente su vivienda habitual: jubilados y profesionales con opción a teletrabajar.

«Hay gente que compró para la jubilación y se empadronó en Ribadesella. Tuvimos demanda de personas de 55 años en adelante para primera residencia», explica Galán. En cuanto al teletrabajo, en su caso detectó un interés inicial que fue diluyéndose. «Al principio preguntaban más con esa idea», precisa. «La gente tiene el sueño de quedarse a vivir», apunta desde Llanes Borja Cué, de Veri Corral. No todos los trabajos lo hacen posible y el «95%» de las operaciones en su caso sigue respondiendo a la segunda residencia. No obstante, sí apunta a la existencia de perfiles que compran «pensando en que sea su primera residencia» más adelante. «Hay más interés en poder quedarse», indica Ramón Sobrino, de Inmobiliaria Sobrino. ¿Y de dónde proceden los compradores? Según coinciden los expertos, principalmente de Madrid, Castilla y León y País Vasco, seguidos de residentes en ciudades de Asturias.

En cuanto al tipo de vivienda demandada, los clientes «buscan terrazas, balcones y estar en contacto con el exterior», apunta Sobrino. La tendencia, precisa, viene de atrás, pero con el confinamiento «se acrecentó». «Se compran casas con terraza o jardín, no es nuevo, pero llegó para quedarse», coincide Cué. Explica además que «la gente prefiere obra nueva», si bien es la segunda mano la que impera. «Hay alguna promoción nueva y proyectos, pero están pendientes de licencia», indica Cué sobre la situación en Llanes, donde los constructores reclaman más celeridad al Ayuntamiento en los trámites. En Ribadesella, Susana Galán apunta que «se vende lo más inmediato, porque quieren disfrutarlo ya». De cara al futuro, la agente inmobiliaria teme cómo la situación laboral pueda afectar a la demanda. «No sé más adelante qué pasará, hay mucha gente en ERTE», reflexiona.

En el resto de la comarca experimentaron también una subida en las transacciones los concejos costeros de Caravia (100%), Colunga (9,4%) y Ribadedeva (8,6%). En el interior, registran mejores cifras Piloña (5,6%), Cabrales (5%), Peñamellera Baja (30%), Ponga (40%) y Parres (2,2%). Cangas, Peñamellera Alta, Onís y Amieva se descolgaron por su parte del incremento general.