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JUAN GARCÍA
RIBADESELLA.
Martes, 22 de agosto 2023, 00:42
Los usuarios de la playa de La Atalaya han manifestado su total indignación con lo ocurrido la pasada semana en el pequeño arenal riosellano. Los bañistas detectaron la presencia de una carabela portuguesa flotando en el agua y uno de ellos se lanzó a retirarla ... con la ayuda de un esguileru para evitar que afectara a alguno de los muchos niños que diariamente acuden a esta cala, situada en el centro de la villa. Este bañista sufrió la picadura de los tentáculos del sifonóforo en una de sus piernas, pero se sintió aliviado con los aplausos de los allí presentes.
La rabia, la indignación y la cólera manifestada por unos y otros tiene que ver con la falta de respuesta por parte del servicio de salvamento en playas del concejo de Ribadesella. La Atalaya carece de un servicio diario, solo dispone de socorrista los fines de semana y días festivos. Las contingencias que puedan surgir durante el resto del verano se supone que debe cubrirlas la plantilla de la vecina playa de Santa Marina, dotada con moto acuática y lancha neumática.
Sin embargo, después de llamar al 112 Asturias para que alguien se personara en el lugar, «nadie apareció por allí». Media hora después realizaron una segunda llamada y les informaron de que ya se había dado el aviso, «que estaban en movimiento y que pronto aparecería el auxilio». Como todo, seguía igual. «Se volvió a llamar y nos dijeron que carecían de servicio en ese momento», cuando aún no eran las 19.30 horas y seguía operativo del servicio de salvamento del concejo. Fue entonces cuando un bañista se lanzó a por la carabela. A partir de ese momento llamaron a la Policía Municipal para que se hicieran cargo del ejemplar. Sin embargo, no se personaron los agentes, por lo que los propios bañistas decidieron depositarla entre las piedras. «Me parece increíble que no se haya actuado en un caso de este tipo y en una playa que está en medio del pueblo donde hay muchos críos», se quejó una de las habituales usuarias.
Según explicó el alcalde, Paulo García, el equipo de Gobierno se enteró de lo sucedido «a última hora de la tarde», cuando se lo comunicó Luis Fuentes, concejal de la oposición. A continuación, se puso en contacto con el servicio de salvamento y la Policía Local y «nos trasladaron que habían recibido la comunicación y que se había procedido a su retirada. Es la palabra de unos contra la de otros», afirmó.
Al oscurecer fueron a revisar la zona y no vieron nada. Tampoco a la mañana siguiente. «Cuando esto ha ocurrido en las playas de Santa Marina y Vega se ha actuado siguiendo el protocolo, sacando el ejemplar del agua y haciendo un perímetro de seguridad con las motos. Son casos aislados, pero siempre se actúa con el protocolo que corresponde», explicó el alcalde. Como en La Atalaya no hay servicio diario de salvamento, los socorristas realizan diferentes batidas a lo largo del día con la ayuda de los vehículos acuáticos.
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