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GUILLERMO FERNÁNDEZ
LLANES.
Domingo, 26 de noviembre 2017, 02:14
La fina y persistente lluvia que en la mañana de ayer caía sobre el concejo llanisco no fue un inconveniente para que la localidad de Llames de Pría festejara con esplendor a San Saturnino, a quien por aquellas tierras conocen con el cariñoso apelativo de San Zornín.
Superado el mediodía, dos decenas de mozas, acompañadas por panderetas y ataviadas con los trajes de llanisca y asturiana, acompañaban el traslado del ramo que salió a hombros de los jóvenes Pablo Miranda, Borja González, Aitor Ceñal y Benigno del Campo, quienes llevaban como auxiliar al niño Asier González.
La comitiva se refugió en el interior de una carpa protectora, donde las mozas entonaban las coplas del ofrecimiento de los panes y comenzaba la misa oficiada por el párroco Domingo González. Durante la función religiosa, la vecina Marta Elola interpretó de forma magistral las coplas del romancero que sirven para poner en escena el baile del Corri Corri de Cabrales.
Al término de la eucaristía, aprovechando que se habían cerrado las torrenteras del cielo, se formó una concurrida procesión por las calles centrales del pueblo. En el traslado de las andas con la imagen de San Saturnino, que fue obispo de Toulouse y predicador en las Galias y el Pirineo antes de morir martirizado en el siglo III, se encargaban Tino Ardines, Goyo Zaragoza, Ignacio Azcoiti y Pablo Alonso.
De regreso a la benéfica carpa tuvo lugar un selecto festival folclórico que parecía interminable. Acompañados a la gaita por Rodrigo Joglar y al tambor por su primo Álvaro Joglar, llegados desde el concejo de Cabranes, los jóvenes de Pría interpretaron el Saltón, las jotas de Cuera y Pría y el Xiringüelu de Naves. Y con acompañamiento de pandero se bailó el Careao, la jota de Ibias, la giraldilla de Malveo y el Pericote.
Por la tarde, en el prau Corrales, tuvo lugar un concurso de arrastre de peso por caballos. Un desafío entre las cuadras de José Barro, de Caldueño, y Guillermo Gómez, de Posada. Cada competidor presentaba tres caballos y cada uno de ellos tenía que desplazar su propio peso, durante cinco minutos, en un recorrido circular de 60 metros. 'Flecha', 'Moro' y 'Estribera', los equinos de José Barro, acumularon 1.378 metros, mientras que 'Marquesa', 'Felipe' y Sofía', de Guillermo Gómez, sumaban 1.300 metros. A continuación se celebraron diferentes concursos inspirados en los juegos tradicionales asturianos: carrera de lecheras, tiro de palo y tiro de cuerda. Para los más pequeños se programaron diferentes juegos infantiles.
Cuando la noche le había ganado el pulso al día, se sirvió una espicha gratuita para todos los presentes en Llames de Pría, antesala de la verbena amenizada por dos orquestas.
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