Tito Bustillo reabre con más de 6.500 entradas vendidas

Pero es que, según indicaron desde la entidad a EL COMERCIO, hasta el pasado 28 de febrero ya se habían vendido un total de 6.551 entradas, de las que 1.754 corresponden a pases individuales. El resto son reservas realizadas para visitas grupales, contando con cerca de un centenar de grupos apuntados entre los que son muy numerosos los escolares. Esta imponente cifra supera ampliamente a la registrada a 28 de febrero de 2018, cuando se habían vendido de forma anticipada 5.144 entradas.

En el primer grupo que tras cuatro meses de cierre atravesaba ayer por primera vez la entrada que conduce a la oquedad prehistórica se encontraban los andaluces Sonia Serrano y Diego Gómez. Llegados desde Almería, aprovecharon los días de fiesta de su comunidad para conocer Asturias en el que está siendo su primer viaje por el Principado. «Veníamos con la idea de visitar Tito Bustillo, pues un compañero de trabajo nos habló muy bien de ella y no lo dudamos», indicaron, explicando cómo ya habían intentado acceder al lugar durante la jornada del jueves, sin saber que estaba cerrado. «Tuvimos mucha suerte de que justo abriese hoy -por ayer-», reconocieron, aseverando a su salida que las palabras de su colega se quedaban cortas al lado de lo que se encontraron en las entrañas de la costa riosellana. «Es como subirse a una máquina del tiempo e ir al Museo del Prado de la época», manifestaron.

También maravillados salieron de la visita los gallegos Kiko y Laura, de Vigo y Santiago de Compostela, respectivamente. «Es la primera vez que venimos a Tito Bustillo y nos ha parecido espectacular. No pudo gustarnos más e incluso se nos hizo corta la visita pese a durar más de una hora. La cueva es tan bonita que de buena gana nos habríamos quedado un buen rato más disfrutando de ella», aseveraron.

Desde Santillana del Mar, en Cantabria, llegó un grupo de seis personas de todas las edades encabezado por los hermanos Javier y Abel Gil. Como el resto de visitantes, reconocieron que el ambiente que se crea en la oquedad prehistórica es prácticamente mágico, algo a lo que ayuda la tenue iluminación. «El hecho de que esté tan poco iluminada, lo justo para saber donde vas, ayuda a disfrutar plenamente de los volúmenes, que en este tipo de arte son muy importantes», apuntaron los cántabros. Y destacaron que fueron los «caballos morados» las figuras que más les llamaron la atención, con diferencia. «Es un detalle muy llamativo que hace única a la cueva, pues la pintura rupestre suele ser muy realista, con tonos negros y rojizos. Hace que te preguntes por qué decidieron pintar estos animales en morado», indicaron. La visita a Tito Bustillo, recalcaron, «debería ser casi obligatoria».

El equipamiento turístico permanecerá abierto hasta el próximo 3 de noviembre, de miércoles a domingo. Solamente cerrará los días 3 y 4 de agosto, coincidiendo con la Fiesta de Piragües. Se realizarán diez pases de aproximadamente una hora cada día, con un cupo de quince personas en cada uno de ellos. Por este motivo, desde Recrea recomiendan adquirir las entradas de forma anticipada.