Medio siglo después de su apertura, la cueva de Tito Bustillo sigue teniendo tirón. Esta mañana comenzaba una nueva temporada de visitas que se prolongará hasta el 3 de noviembre y lo hacía con casi todas las entradas de la jornada ya vendidas. A primera ... hora de la mañana ya solo era posible adquirir cinco entradas para el pase de las dos y cuarto de la tarde. El resto, ya fueron adquiridas mediante el servicio de venta anticipada puesto en marcha en 2017 por Recrea, la sociedad pública de gestión y promoción turística y cultural del Principado.
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En el primer grupo que tras cuatro meses de cierre atravesaba por primera vez la entrada que conduce a la oquedad prehistórica se encontraban los andaluces Sonia Serrano y Diego Gómez. Llegados desde Almería, aprovecharon los días de fiesta de su comunidad para conocer Asturias en el que está siendo su primer viaje por el Principado. «Veníamos con la idea de visitar Tito Bustillo, pues un compañero de trabajo nos habló muy bien de ella y no lo dudamos», indicaron, explicando cómo ya habían intentado acceder al lugar ayer sin saber que estaba cerrado. «Hemos tenido mucha suerte de que justo abra hoy», reconocieron, aseverando a su salida que las palabras de su colega se quedaban cortas al lado de lo que se encontraron en las entrañas de la costa riosellana.
También maravillados salieron de la visita los gallegos Kiko y Laura. «Es la primera vez que venimos a Tito Bustillo y nos ha parecido espectacular. No pudo gustarnos más e incluso se nos hizo corta la visita pese a durar más de unan hora. La cueva es tan bella que de buena gana nos habríamos quedado un buen rato más disfrutando de ella», señalaron.
Desde Santillana del Mar, en Cantabria, llegó también un grupo de seis personas de todas las edades encabezado por los hermanos Javier y Abel Gil. Como el resto de visitantes, reconocieron que el ambiente que se crea en la oquedad prehistórica es prácticamente mágico, algo a lo que ayuda la tenue iluminación. «El hecho de que esté tan poco iluminada, lo justo para saber donde vas, ayuda a meterse en el papel y, sobre todo, a disfrutar plenamente de los volúmenes, que en este tipo de cuevas son muy importantes», apuntaron los cántabros. Y destacaron que fueron los «caballos morados» las figuras que más les llamaron la atención, con diferencia. «Es muy llamativo, pues la pintura rupestre suele ser muy realista, con tonos marrones y rojizos, lo que hace que te preguntes por qué decidieron pintar estos animales en morado, si evidentemente no existen en la naturaleza», indicaron. La visita a la cueva de Tito Bustillo, recalcaron, «debería ser casi obligatoria».
El equipamiento turístico permanecerá abierto hasta el próximo 3 de noviembre, de miércoles a domingo. Solamente cerrará los días 3 y 4 de agosto, coincidiendo con la Fiesta de les Piragües. Se realizarán diez pases de aproximadamente una hora cada día, con un cupo de quince personas en cada uno de ellos. Por este motivo, desde Recrea recomiendan adquirir las entradas de forma anticipada.
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