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L. RAMOS
BULNES (CABRALES).
Martes, 10 de agosto 2021, 01:16
«En shock total» y muy asustada. Así fue como se encontraron el guarda del refugio de Jou de los Cabrones Jorge González Bada y Xuacu Álvarez, guía de montaña de la zona, a una mujer accidentada cuando trataba de llegar al equipamiento, en ... la vertiente cabraliega de los Picos de Europa. El suceso tuvo lugar minutos antes de las nueve de la noche del domingo y ellos dos fueron los primeros en llegar hasta la herida, de 36 años, y su acompañante, ya que se encontraban a poca distancia, en el refugio. Posteriormente llegaron los efectivos del Grupo de Rescate de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), quienes hicieron noche con la pareja y, ya en la mañana de ayer, procedieron a evacuar a la mujer hasta el hospital de Arriondas a bordo de su helicóptero. Presentaba un traumatismo en la espalda de pronóstico reservado.
«Me avisaron desde el 112 de que había una persona accidentada donde la primera cuerda, así que bajamos Xuacu y yo hasta allí», relataba el joven refugiero ayer a EL COMERCIO. «Lo cierto es que la chica se llevó un golpe fuerte y, aunque intentamos levantarla para acercarla al refugio no hubo forma, porque tenía una pierna bastante floja y no se podía mover mucho», explicó. Así las cosas, los dos expertos montañeros comprobaron que la afectada y su pareja «tenían buen equipo», por lo que procedieron a montar un vivac de emergencia. «Estuvimos unas dos horas con ellos, la chica pudo comer algo caliente y cuando nos enteramos de que ya llegaban los rescatadores nos retiramos de nuevo al refugio, los dejamos ya prácticamente dormidos», indicó González Bada.
Mientras el refugiero y el guía accedían hasta la pareja de montañeros y les prestaban los primeros auxilios, los efectivos del Grupo de Rescate llegaban a bordo de la aeronave medicalizada hasta los Llanos del Tornu, por encima de la aldea cabraliega de Bulnes. La presencia de densas nubes impidió que el helicóptero les pudiese acercar más a la herida, así que tuvieron que iniciar el ascenso a pie. Por fortuna, se encontraron con dos vecinos de Bulnes que regresaban de entrenar por la zona y que se ofrecieron a ayudarles a portear parte del material, aligerando así la subida. Los rescatadores lograron llegar hasta la pareja a las dos de la mañana y se prepararon para hacer noche en los Picos junto a ellos, pues se encontraban a 2.000 metros de altitud y en un terreno muy abrupto.
«Nada más amanecer vino el helicóptero y primero bajaron hasta el refugio, donde le hicieron la primera valoración para luego evacuarla al hospital», relató el guarda. Gran conocedor de la zona, aseveró que «tuvo suerte de traer mochila y caer en la posición correcta en vez de seguir rodando, porque podría haber muerto».
Preocupado por el estado de la mujer, Jorge González Bada preguntó por ella a los rescatadores, con quienes mantiene una estrecha colaboración. «Cuando llegamos estaba aún en shock por el golpe, aunque había pasado una hora, pero luego la médica me dijo que no fue grave», indicó. Una vez más queda demostrada la importancia que refugieros y guías tienen en la montaña, donde además de una mano amiga pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
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