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La instalación. La muestra de sifones de Lelo Cuesta ya está montada en el balneario de Borines, en Piloña, y cuenta con 300 botellas, maquinaria antigua y documentación histórica. FOTOS: E. C.
Los sifones de Aurelio Cuesta ya están en Borines

Los sifones de Aurelio Cuesta ya están en Borines

Exposición permanente. La muestra se inaugurará en el balneario piloñés el 13 de abril ante el «desinterés» de Siero por acogerla

Lunes, 19 de febrero 2024, 01:03

Una pequeña muestra de la gran colección de sifones que atesoraba el sierense Aurelio Antidio Cuesta Martino, 'Lelo', ya se encuentra en Piloña. Antes de su fallecimiento, en agosto de 2019, lo había dejado todo bien atado. Llegó a un acuerdo con los responsables del balneario de Borines para contar con una exposición permanente. Lo contó uno de los hijos, Miguel Cuesta Viso, con cierta satisfacción al poder disponer de un lugar para mostrar estas botellas y también con algo de amargura «porque nunca hubo interés en Siero por ello». Ya está todo instalado -«quedan algunos detalles»-, y hay fecha para la inauguración: será el próximo 13 de abril, coincidiendo casi con el que habría sido el 92 cumpleaños de Lelo.

«Hay mucha gente que sigue llamando por teléfono para poder visitar la colección, sobre todo, aquí en La Pola, pero le tenemos que decir que está cerrada y que se ha trasladado allí», contó con cierta pena.

Explicó que el balneario dispone de tres plantas. Una de ellas es para eventos culturales o presentaciones; en la segunda, en una de las alas, es donde ya está la colección de los sifones y, en la otra zona, hay una exposición sobre Borines. Y la última de las alturas queda para otro tipo de exposiciones itinerantes.

El hijo de Lelo señaló que ya se ha colocado vieja maquinaria que se usaba para el envasado, así como una pequeña muestra de unos 300 sifones, «los más representativos de Asturias, España y del extranjero».

La colección de sifones de Lelo Cuesta ronda entre los 22.000 y los 24.000 ejemplares, de los que unos mil quinientos son piezas distintas, con diferentes formas, colores o tamaños. La colección estaba repartida entre una vivienda de Xixún, un almacén de la empresa familiar en Noreña y el almacén de bebida del barrio poleso de La Soledad. Este último espacio fue el que se convirtió durante varios años en un pequeño museo privado con las mejores piezas.

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