Fran Wagner contempla los destrozos en la quesería de El Coz, arrasada por las llamas. XUAN CUETO

«De mi quesería solo han quedado las paredes»

Tras cinco años de esfuerzo para emprender en Cangas de Onís, las llamas arrasan la instalación del elaborador de Gamonéu Fran Wagner

G. POMARADA

CANGAS DE ONÍS.

Martes, 30 de julio 2019, 00:18

Hace un mes, el 23 de junio, Fran Wagner y Beatriz Rodríguez veían cumplido un sueño emprendido cinco años atrás. Acababan de elaborar su primer Gamonéu y su proyecto de quesería ecológica comenzaba a despegar a un ritmo de una pieza cada ... uno o dos días. Sin embargo, en la madrugada del lunes un incendio se cruzaba en su destino arrasando por completo la instalación habilitada en El Coz, en Parda, un núcleo rural de Cangas de Onís. «Como todos los días, me levanté a mecer a las cinco de la mañana y ya no quedaba nada», lamentaba ayer el emprendedor riosellano, que compagina este proyecto con otros trabajos. Hasta la finca se trasladó un equipo de bomberos después de que él mismo diese aviso al 112 «para evitar que se extendiera más». Los efectivos del parque cangués y también de Piloña -estos últimos no llegaron a intervenir- dieron por controlado el incendio a las 6.02 horas. «No quedó nada, solo hay paredes y escombros», relata sobre la destrucción de las llamas, que afectaron al espacio donde elaboraban el queso y a todos los materiales. «Solo se salvó la cueva del salado porque es de acero inoxidable y los suelos», precisa. Por fortuna, tampoco el ganado resultó dañado. «Las cabras y vacas siguen dando leche, pero la tuve que tirar porque no puedo hacer queso. Estoy desmoralizado, me han cambiado la vida y los proyectos en unas horas», indica.

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El riosellano considera que el origen del incendio puede encontrarse en una chispa de una estufa de ahumado. «No tenía seguro porque no tenía para pagarlo, pero no sé si lo hubiera cubierto», dice Wagner, que valora ya opciones para «reinventarse». «Habrá que rehabilitarlo en la medida de lo posible», sostiene. Para poner en marcha la quesería, el proyecto 'La Casa Vieya' recurrió inicialmente al micromecenazgo, con el cual consiguieron un primer impulso económico. Por el momento, el quesero desconoce si volverá a optar por la misma fórmula, si bien en esta ocasión la cantidad necesaria «sería más pequeña». Otra opción es recurrir a un crédito bancario, una ayuda que ve difícil de lograr tras el grado de endeudamiento en el que se han embarcado en los últimos años. «Ahora que ya empezaba a funcionar, estábamos con el proceso de la denominación de origen», lamenta Wagner, exalumno de la Escuela de Pastores de los Picos de Europa.

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