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GLORIA POMARADA
RIBADESELLA.
Domingo, 22 de abril 2018, 00:29
«Sabemos que tenemos un problema de falta de saneamiento y de vertidos, especialmente agrarios, que afectan al río San Miguel». Con estas palabras, el consejero de Infraestructuras y Medio Ambiente, Fernando Lastra, se sumaba ayer al reconocimiento de la problemática que atraviesa el río ... subterráneo a su paso por la cueva riosellana de Tito Bustillo. En similares términos se pronunció ya este jueves en su comparecencia en la Junta el consejero de Cultura, Genaro Alonso, que asumió que, sin saneamiento, «el río puede matar a Tito Bustillo». Esas obras corresponden al departamento de Lastra, que dispone de una partida de 250.000 euros a cargo de la prórroga presupuestaria para acometer una mejora de la capacidad de la estación de bombeo de Sebrayo. Una intervención que ayer, en su visita al nuevo punto limpio de Piloña, el consejero tildó de «un refuerzo como primera fase de un proyecto de saneamiento más ambicioso».
No obstante, la participación del Principado en esa mejora del saneamiento está supeditada a la «disponibilidad presupuestaria». «Tenemos que ser realistas, vamos ahora con esa parte del bombeo y luego, en la medida en que las condiciones económicas nos lo permitan, con el saneamiento de la zona del río San Miguel», apuntó.
La actuación integral sobre la cuenca del río es una vieja reivindicación del Ayuntamiento de Ribadesella. De hecho, recuerda la alcaldesa Charo Fernández (Foro), «existía un plan de la época de Zapatero, de hace nueve años, que consistía en el encauzamiento y contaba entonces con 900.000 euros de presupuesto». El proyecto que se prevé acometer este año a cargo de la ley de crédito extraordinario, una cuarta parte del original, «no es arreglar el problema del río San Miguel», indicó la regidora forista a este periódico. La instalación de una bomba «no soluciona» el problema de una zona donde «la población se multiplica en verano».
La intención del Principado es comenzar a tomar muestras de las aguas «en las próximas semanas» y actualizar los estudios «en los puntos de riesgo de contaminación ganadera en el macizo de Ardines», un anuncio que el sector de la ganadería local entiende como una «criminalización». Así lo expresaban tras conocer la batería de medidas desde la Asociación de Vecinos de la Zona Rural de Ribadesella, que apuntan a que en las inmediaciones de la cueva son solo tres las explotaciones ganaderas existentes, frente a «más de doscientas viviendas de segunda residencia y hoteles».
«Lo que no se hizo en todos estos años no se les puede hacer pagar ahora a los ganaderos», afeó la regidora al Principado. No obstante, lanzó también un mensaje de calma al sector, pues entiende que las inspecciones serán «rutinarias». Por su parte, Lastra defendió que «nadie les está responsabilizando, simplemente el análisis determina el tipo de contaminante que hay en el agua y que afecta a la cueva».
Los purines son una de esas filtraciones en el punto de mira del Ejecutivo autonómico, que señala al Consistorio como responsable del «control», en colaboración con el Seprona. «No puede ser que ahora, porque se haya evidenciado la falta de interés del Principado en la cueva, echen balones fuera contra Ayuntamiento y ganaderos», señaló la regidora. Para Charo Fernández, «el responsable de Tito Bustillo es el Principado. Punto», zanjó.
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