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G. POMARADA
BELEÑO.
Viernes, 4 de agosto 2023, 01:19
Cuando Marta Alonso llegó a la alcaldía de Ponga en 2015 se encontró con una deuda de dos millones de euros para un concejo que maneja un presupuesto anual de apenas 1,2 millones. El desajuste era tal que «hemos tardado ocho años en ... ponernos al día con las facturas», explica la regidora socialista, quien inicia su tercer mandato con un balón de oxígeno. El Ayuntamiento ha abonado 896.235,24 euros pendientes de los anteriores gobiernos foristas de Cándido Vega y Mercedes Traviesa, entre los que se incluían 366.082,01 euros de facturas, otros 148.932,39 de gastos indirectos como abogados, costas o informes y 381.220,84 de pago a proveedores. La primera edil subraya que son cuantías «asumidas por este equipo de gobierno» que no eran de su «responsabilidad». Alonso insiste en que los gastos indirectos derivan de la «mala gestión» de sus predecesores, pues su equipo de gobierno se encontró con facturas sin justificación, lo que abocó a la vía judicial. «El Ayuntamiento no podía pagar sin soporte legal», explica. A los gastos de representación legal e informes se suman en ese capítulo las «minutas que abogados de ellos pasaron ya estando nosotros», afea. Como ejemplo alude a que «hubo costes de 2011 y 2012 que metieron el año pasado».
En cuanto al pago a proveedores, la alcaldesa recuerda que se trata de un mecanismo estatal al que se acogieron anteriores gobiernos. De los 1,2 millones incluidos en esa vía, que permite a las entidades locales atender sus obligaciones pendientes de pago con cargo al Fondo de Financiación, Ponga ha abonado por el momento los citados 381.220,84 euros. «Queda casi un millón de euros», continúa Alonso, quien recuerda que ya a su llegada a la Alcaldía advirtió que la situación económica «no se solucionaría en cuatro ni ocho años». La estimación sitúa de hecho el fin del endeudamiento en 2036, en caso de pagar una media de 70.000 euros anuales.
«Ellos», dice en referencia a sus predecesores en el cargo, «están condenados a devolver el dinero y no lo han hecho. Los responsables son los dos y no han devuelto ni un céntimo». «Eso sí, de sus dietas y tiques no quedó nada por pagar. El agua no, pero las comilonas sí estaban pagadas», afea.
A los exalcaldes responsabiliza también de la deriva de las cuentas municipales. En 2007, relata, «había 700.000 euros en cuenta y no había deuda». En 2010 «ya había números rojos» y en 2011 quedaban «mil euros en la cuenta».
Y destaca que en sus años al frente se ha liquidado deuda «resolviendo a la vez problemas, arreglando sus desastres y poniendo en marcha nuevos servicios».
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