«Ponga no se había enfrentado nunca a un desastre como este»

«¡Qué desastre!» es la frase que los vecinos no dejan de repetir, conmocionados por unas pérdidas aún desconocidas. «No tengo luz y no sé si los electrodomésticos están estropeados, está todo hecho un asco», lamentó Regina Muñiz. En su casa el agua entró «por todos lados», dejando a su paso un barro que ayer sus vecinos la ayudaron a retirar. «Nunca vi tal cosa aquí», señaló, a la par que reiteró la petición de «limpiar» el alcantarillado.

Su casa, al igual que más viviendas y el centro de San Juan de Beleño, se han visto afectadas por la fuerte corriente de agua provocada por la «saturación de una riega». «El jefe servicio de cooperación local está con operarios viendo la manera de colaborar con el Ayuntamiento para atajar los problemas», indicó el viceconsejero. A la espera de una solución definitiva, el personal municipal y los propios vecinos han construido con tierra una especie de parapeto de tierra para conducir el agua. «Jamás se había visto algo así. ¡Ni se verá! Es exagerado, quien no lo ve no lo cree», expresó Víctor Santiago. En la misma apreciación coincidió Tomás Santos, de La Fonda, quien recordó, no obstante, que «contra la fuerza de la naturaleza no se puede».

A todos los vecinos que han colaborado para atajar los daños quisieron trasladar tanto la alcaldesa como el viceconsejero su agradecimiento por «arrimar el hombro» y «volcarse».

En caso de que el Gobierno central acepte la declaración de zona catastrófica, se abre la posibilidad de recibir ayudas tanto a nivel de administración como de particulares. Para el Ayuntamiento, las pérdidas llegan incluso a la recién renovada casa de cultura, que ha quedado inundada. Lo mismo sucede con el garaje municipal donde guardaban la maquinaria. «Nos hemos quedado sin material y sin una triste motosierra o una desbrozadora», lamentó la alcaldesa.

También en Cangas de Onís los daños se extienden por pueblos y carreteras y el Ayuntamiento valora ya si pedir la declaración de zona catastrófica. «Este caos está sobrepasándonos en lo técnico y en lo económico», expresó el alcalde, José Manuel González Castro. Uno de los pueblos más afectados es Santianes, a donde ayer acudió un técnico de Administración Local para valorar daños. Cinco equipos municipales trabajan ahora para hacer frente a las incidencias más urgentes.

En Llanes, por su parte, se afanan en reparar la macro traída de agua que abastece a la parroquia de Posada. Ayer, tras acotar el origen de la avería, comenzaron a «colocar el 'by pass' provisional y a soldar las tuberías», explicó el concejal de Obras, Juan Carlos Armas.