Secciones
Servicios
Destacamos
G. POMARADA
ARRIONDAS.
Viernes, 3 de septiembre 2021, 04:14
Como uno de los principales colectivos implicados en el Sella, los pescadores urgen, al igual que los ayuntamientos, una reflexión sobre el futuro del río. «La administración tiene que ver para qué lo quiere: si para peces o para navegación. Va a ser difícil, ... pero hay que controlarlo de alguna manera», indica el presidente de la sociedad de pescadores El Esmerillón, Antón Caldevilla. La regulación de las canoas sería, a su entender, «buena», tanto para el río como para los propios negocios, ya que ahora «no hay donde poner otra canoa».
Esa «enorme masificación» repercute en su actividad, afirma, pues «de junio en adelante la pesca está bajo mínimos, de Las Rozas a Ribadesella hay que olvidarse». Denuncia, además, que no todos respetan los horarios: «No se puede generalizar, pero mucha gente a las diez y pico de la mañana ya está navegando», afea. La responsabilidad la achaca también a la administración, que «vende los cotos y se lava las manos». El descenso en canoa, continúa, repercute asimismo en las repoblaciones y en la llegada de salmones. «Las canoas influyen en verano, estamos hablando de 4.000. Entre eso y la administración no nos dejan prácticamente pescar», resume Caldevilla.
El presidente de El Esmerillón insiste en que no pretende «meterse con nadie» y reconoce que el turismo activo genera actividad económica y trabajo, que «bienvenido sea». No obstante, en el colectivo de pescadores existe malestar al entender que es a ellos a quienes se atribuye «toda la culpa» y se imponen «cada vez más restricciones». «Estar machacando a los pescadores es absurdo, estamos cansados», dice.
En caso de abrir el debate de la regulación, en El Esmerillón entienden que las administraciones implicadas deberían tenerles en cuenta. No obstante, Caldevilla afirma que del Principado no se «fía ni un pelo».
Como ejemplo, alude a que en la piscifactoría de Infiesto firmaron un convenio y «cuando la consejería pidió apoyo, colaboramos». «Nos cobraron 500 euros de contribución y estamos trabajando para ellos», lamenta Caldevilla, quien precisa que ya ha trasladado su malestar por escrito.
Uno de los aspectos cuestionados en el Sella es el de la presencia de residuos, si bien las empresas de canoas rechazan que procedan mayoritariamente de sus clientes. Esta semana, retiraron «300 kilos», de los cuales apuntaron que el grueso correspondía a elementos como ruedas o electrodomésticos. «No tendrán la culpa de la basura, pero hay que limpiarla. Todas las semanas se debería dar un repaso», sostiene Caldevilla. También esta semana, desde las empresas lanzaban la propuesta de realizar limpiezas regulares, que estarían dispuestos a sostener abonando una tasa.
La idea no convence, sin embargo, en los ayuntamientos de Parres, Ribadesella y Cangas de Onís, que dudan de que esa tarea encaje en sus competencias y puedan por ello gravarla. No obstante, el Ayuntamiento cangués ha encargado un informe jurídico para clarificar la cuestión.
La postura compartida por los tres concejos implicados en la gestión del río Sella es la necesidad de abrir una «reflexión profunda» sobre su futuro.
Para algunos como el alcalde de Parres, Emilio García Longo, el momento de hacerlo es el actual, una vez finalizada la temporada alta, pues el río Sella corre, a su parecer, el riesgo de «morir de éxito».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.