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G. POMARADA
ARRIONDAS.
Martes, 20 de abril 2021, 02:33
Edificios antaño con lustre y casas repletas de vida han ido dejando paso a inmuebles deshabitados y en ruinas por toda la geografía asturiana. Al fenómeno no es ajeno el concejo de Parres, donde el Ayuntamiento se ha propuesto «ir actuando en todos, priorizando los que tienen un componente de seguridad». El pasado año, el Consistorio derribó ya seis inmuebles de Arriondas distribuidos entre la avenida principal y la calle San Antonio, dado el riesgo de accidente. Este 2021, las intervenciones continúan y llegarán a núcleos rurales como Llames, Soto de Dueñas, Sobrepiedra, Llerandi o Cofiño, donde los trabajos serán bien ejecutados por la propiedad o por el propio Ayuntamiento en caso de que no aparezcan los dueños o no cumplan la orden. La más inminente de las intervenciones tendrá lugar en el número 39 de la calle Argüelles, en la capital. Ese edificio de tres plantas, construido en los años 30, presenta un deficiente estado de conservación que es motivo de quejas por parte de los vecinos ante el temor a que se desprendan elementos de la fachada. Los trabajos consistirán en la limpieza del canalón, la retirada de vegetación, la adecuación de la fachada principal, la reposición de cristales y la retirada de enseres. Están previstos para este mismo viernes, si bien «si la propiedad no está tendremos que pedir una autorización judicial», explica el alcalde, Emilio García Longo.
Las complejas tramitaciones que requieren ese tipo de expedientes son precisamente el hándicap que identifican en el Ayuntamiento a la hora de avanzar en sus planes, pues «los procedimientos exigen tiempo y recursos, cuando en muchos casos la necesidad de intervención urge porque va más allá de la cuestión estética y afecta a la seguridad de los viandantes y de los vehículos», evidencia.
A esa realidad se suman más condicionantes, como la cuestión de la propiedad. «A veces es desconocida, otras la herencia no está resuelta o hay conflictos entre los propietarios», explica el regidor. Por todo ello, y dado que «cada vez es más frecuente» que los ayuntamientos tengan que hacer frente a intervenciones en edificios en mal estado, García Longo considera que deberían contar con «mecanismos para actuar con más eficacia y diligencia». «A veces llega a ser desesperante, mientras no haya una modificación nos vemos muy limitados a la hora de actuar», lamenta.
El Ayuntamiento, abunda, va «haciendo como puede», pero reconoce que «es tremendamente preocupante por seguridad». Ese es el componente prioritario, recalca García Longo, si bien apunta también a la dimensión estética: «Hay un problema de imagen urbana», asume. Gran parte de los edificios mal conservados se encuentran Arriondas, si bien la problemática llega también a los pueblos de la zona rural del concejo.
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