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Jiménez Escolano junto a su obra en Vega, Ribadesella. NEL ACEBAL
Un muro para el peregrino en el pueblo de Vega

Un muro para el peregrino en el pueblo de Vega

Este artista aficionado ya valora pintar más partes del pueblo con escenas dedicadas a la batalla de Covadonga El cirujano Jiménez Escolano decora la fachada de su vivienda riosellana en honor al Camino de Santiago

JUAN GARCÍA

RIBADESELLA.

Sábado, 30 de junio 2018, 02:07

La instalación de estatuas, monumentos y aderezos urbanos para la decoración en el concejo de Ribadesella parece ir por barrios. Los vecinos de El Cobayu disfrutan desde hace una semana de su monumento conmemorativo del cincuenta aniversario. Próximamente le tocará turno al barrio de La Cuesta, donde el Ayuntamiento está colocando una alegórica estatua que presidirá la glorieta situada a la entrada del cementerio municipal. Se trata de un Ícaro donado a la comunidad riosellana por el artista Manuel Díaz Migoyo.

Pero quienes ya presumen de trampantojo son los habitantes del pueblo de Vega. Uno de sus vecinos, el cirujano madrileño Carlos Jiménez Escolano, ha decidido decorar uno de los muros de su residencia con un motivo jacobeo. Teniendo en cuenta que la vivienda está ubicada en pleno Camino de Santiago, dirección a la playa, ha decidido utilizar ese paramento para rendir homenaje a los cientos de peregrinos que cada año transitan frente a su casa dirección a Santiago de Compostela.

El resultado ha sido extraordinario, aunque la modestia del autor le lleva a calificarlo como «decente». Lo cierto es que, hasta ahora, solo ha recibido felicitaciones. «Crítica ninguna», asegura. El trampantojo se ha convertido ya en un elemento más a fotografiar dentro de las maravillosas estampas naturales y urbanísticas que ofrecen el pueblo y la playa de Vega o el desfiladero de Entrepeñes, ambos monumentos naturales.

No faltan en la obra la concha del peregrino y motivos asturianos, como el Picu Urriellu

Aficionado a la pintura en lienzo y en otros soportes similares, esta era la primera vez que Jiménez Escolano se adentraba en la pintura mural al aire libre. Las dificultades iniciales fueron muchas. Debido a la irregularidad de la superficie del tabique, requirió de un saneado inicial y una posterior imprimación, «labor que me hizo un vecino, porque lo de la llana no está hecho para mí», explicó. Su colaborador fue el hijo de su vecino Alfonso Llera.

En su particular homenaje a los peregrinos que caminan rumbo a Santiago, Carlos Jiménez Escolano dibujó y pintó a uno de ellos bebiendo de una fuente con su mochila y su perro. Como fondo eligió «una especie de alegoría paisajística en la que aparece el Picu Urriellu, un hórreo y los verdes prados de la Asturias litoral». La concha del peregrino, con su Cruz de Santiago, remata la obra junto a su firma, la de 'J. Escolano'.

Concluido el trabajo ya son muchos los vecinos que le han animado a continuar la labor hacia otros puntos de la finca. En concreto, le han propuesto utilizar los parapetos de la escalera de doble tramo que da acceso peatonal a su vivienda. No lo descarta, «aunque ahora como jubilado tengo menos tiempo que cuando estaba ejerciendo mi profesión, pero es cierto que jubilado no es muerto, como decía un buen amigo mío».

Todo es posible y más aún si la que insiste es su mujer, la encargada de mantener en perfecto estado de revista el vergel ajardinado que sube a la vivienda.

Su primera propuesta para decorar ese espacio pasa por rememorar la batalla de Covadonga y más aún en este año en el que se conmemoran los 1.300 años del origen del Reino de Asturias. La decisión está en sus manos. O en las de las alumnas que cada curso asisten al taller de pintura que desde hace varios años imparte gratuitamente en las antiguas escuelas de Torre.

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