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GLORIA POMARADA
ARRIONDAS.
Sábado, 26 de enero 2019, 00:13
Fue el primer español en subir los catorce ochomiles del mundo y también el pionero en repetir hazaña. Juanito Oiarzabal (Vitoria,1956) emprendió hace una década un reto por duplicado al que restan tan solo cuatro cumbres: el Broad Peak y el Nanga Parbat, en Pakistán; el Dhaulagiri nepalí y el Shisha Pangma, en el Tíbet. Ayer, el aventurero vasco clausuró una semana dedicada a la montaña en Arriondas y compartió tanto con los miembros del grupo Picu Pienzu como con un centenar de aficionados su experiencia en los 'techos' del planeta.
-Llegué hace tres días y he venido tocado, con la lengua mal y con un principio de congelación en el dedo. El Aconcagua me ha tratado peor que nunca, si lo pillas mal te machaca, son siete mil metros y al estar tan cerca del ecuador la presión atmosférica la convierte en una montaña de 7.500 o en un pequeño ocho mil. Estos días estoy recuperándome y viendo si poco a poco cojo la forma.
-Ahora estoy con una película que divulga muy bien lo que supone subir a una montaña de ocho mil metros desde el principio. Es una charla didáctica dirigida a todo el público, no es solo técnica, y además tiene unas grandísimas imágenes.
-Está empezando a bajar, sobre todo en la disciplina de los ochomiles, porque ya se ha hecho todo en España. Todas las comunidades autónomas han subido a varios y el 'boom' de los 90, cuando se hacían expediciones todos los años, desgraciadamente hoy en día ha bajado. Para buscar financiación tienes que tener un objetivo con cierto gancho y hacer una actividad con cierta relevancia, ir a pedir dinero para una ruta clásica y un ocho mil que lo ha hecho todo el mundo no tiene mucho sentido.
-Son casos muy puntuales, es algo muy mío a lo que que tampoco le doy demasiada publicidad. El día que los termine, si soy capaz de hacerlo, que lo tengo complicado, estará ahí para los anales de la historia, pero tampoco tiene más significado. Intento subir por rutas alternativas, pero aun así no dejas de repetir montaña. Muchas veces digo que me hubiera gustado más encontrar la calidad que la cantidad. En alpinismo a hacer cosas nuevas, creativas, le damos mucho valor.
-Me gustan los Picos y llevo viniendo toda la vida, pero soy más del Pirineo. Hay espacio para todos y son paisajes distintos, yo estoy feliz aquí en Picos, en Pirineos y los Alpes. El vínculo con los Picos es desde niño, con 17 años ya había subido el Naranjo. Después volví un montón de veces y aquí tengo muchos amigos.
-No sé ni qué pensar, tenía la idea de ir en primavera a uno de los ochomiles, pero no me encuentro bien ni física, ni mental, ni moralmente. Estoy pesado, tengo que quitar kilos y entrenar más y encima a todo esto se ha sumado la congelación en un dedo. Voy a ver si soy capaz de adelgazar algo y coger una buena forma para el verano y retomar con uno de los ochomiles el proyecto que tengo. Cada vez le doy más vueltas, tengo más edad y esta más complicado. No tengo nada claro del todo.
-La montaña siempre merece la pena, lo que ocurre es que hay que hacer montaña con seguridad, hay que informarse bien de lo que uno quiere hacer, de las condiciones del terreno, de la meteorología. Solo así disfrutaremos todos de la naturaleza y la montaña. Es verdad que en los últimos años, y debido a que en cada vez hay más gente que hace montaña, están surgiendo muchísimos accidentes.
-Los tiempos han cambiado, una expedición al Himalaya vale una pasta y ya no hay subvenciones. Pero probar un ocho mil siempre es bonito, subir uno de los catorce colosos es algo que llena mucho y lo recomiendo.
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