Medio millar de jóvenes piragüistas devuelven la magia al río en el Mini Sella

Todos ellos se mostraron encantados de poder estar, un año más, en la que muchos consideran como «la reina de las pruebas de piragüismo para los más jóvenes». «El Sella es un río emblemático, así que se hace especial poder bajarlo, además de que su entorno es muy bonito», aseveraba Lucas Gómez. Y su compañero hablaba de lo reñida que estuvo la competición, en la que lograron imponerse a los actuales campeones de España, Juan Gómez y Jaime de Miguel (Piragüismo Aranjuez). «Sabíamos que eran competencia dura, así que estábamos algo nerviosos y fuimos fuerte desde el principio», explicó Daniel Fernández. Un ritmo más tranquilo llevó en los primeros kilómetros Alejandro Gutiérrez, buen conocedor del río. «Ya al salir íbamos cuatro destacados, así que seguimos un ritmo cómodo y cuando quedaban quinientos metros pegué un tirón fuerte y conseguí quedarme solo», indicó.

También muy satisfecho estaba el director deportivo de El Sella, Alberto Llera, quien destacó el enorme trabajo llevado a cabo por todo el club para poder sacar adelante la prueba. «Fueron jornadas muy duras, pero ahora cuando ves que todo salió bien, solo queda disfrutar», reconocía, y destacaba que el de ayer fue «un paso más para demostrar que pese al covid el piragüismo sigue más vivo que nunca». En términos similares se expresaba el presidente del Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella (CODIS), Juan Manuel Feliz, quien confía en que en 2022 sí se pueda celebrar la prueba. «Hoy -por ayer- quedó demostrado que se pueden ir recuperando los eventos con cuidado y que la gente tiene muchas ganas de practicar deporte al aire libre».

Entre quienes ayer participaron en el Mini Sella -480 deportistas de treinta clubes distintos- se encontraba la pequeña Lucía Santamaría, de siete años, a quien una enfermedad dejó en silla de ruedas hace diez meses. «Los médicos le recomendaron hacer piragüismo tanto para fortalecerse físicamente como psicológicamente, pues es un deporte inclusivo», explicaba su entrenador, el veterano Agustín Calderón. Él fue quien le adaptó la piragua y quien la acompañó ayer en la proeza de finalizar la prueba pese a que comenzó a entrenar en agosto. «Me encanta, lo paso muy bien y estoy haciendo nuevos amigos», explicaba la niña, quien ayer se llevó además un trofeo donado por Walter Bouzán.