Menchu Álvarez del Valle se hace eterna en Moru

La «sonrisa mágica» de Menchu Álvarez del Valle vuelve a iluminar San Salvador de Moru. Ese espacio en el que se unen el mar y la montaña y en el que la emblemática periodista asturiana, abuela de la reina Letizia, encontró su remanso de paz fue el escenario elegido este mediodía por sus compañeras de la tertulia El Garabato para rendirle un sincero homenaje dos meses después de su muerte. Medio centenar de allegados participaron en el acto, al que también asistió, muy emocionada, su hija Henar Ortiz. «Le habría encantado porque estuvo cargado de burbujas de cariño, fue precioso», aseveraba al término del mismo, reconociendo que para ella fue especialmente emocionante el momento en el que se reprodujo la interpretación, a cargo de una joven Menchu de la 'Añada pa que sueñe María', de José León Delestal.

El acto arrancaba con una introducción a cargo de Patricia Toyos, compañera de Menchu en la tertulia femenina, que recordó cómo la homenajeada «comentaba siempre que nuestros encuentros la habían ayudado a tener ilusión en un momento difícil de su vida», pero, recalcó, «lo que nos aportó ella a todas nosotras va a ser tremendamente difícil de olvidar». Presidía el acto una imagen de la Santina que la propia periodista donó a la iglesia de San Salvador de Moru y que previamente la había acompañado en todos sus programas radiofónicos. Se cumplió a continuación una de las últimas peticiones que Menchu hizo a sus amigas y quien fue su compañera en la radio Rita María Álvarez puso voz a la poesía 'Señor que lo quisiste', de Dulce María Loymaz.

También quiso compartir con los asistentes algunas de las muchas vivencias que compartió con quien fue su gran amiga el empresario riosellano Emilio Serrano. Recordando sus charlas y aventuras, se refirió a la abuela de la Reina como «una mujer amable, divertida, inteligente, sencilla, lúcida y serena», sin olvidarse de «su genio, que también lo tenía», y destacando su «oratoria vibrante y activa». Destacó asimismo cómo «superó con entereza las etapas duras» y aceptó «con humildad y modestia sus muchos éxitos y premios».

Precisamente Alain Fernández, director del Teatro Prendes y promotor de uno de los últimos galardones que Álvarez del Valle recibió, el Premio Aurora Sánchez, recordó, tras escuchar la 'Añada', cómo la expresiva voz de la homenajeada les ayudó a él y a su familia a reconectar con Asturias cuando aún residían en París en los años setenta. «Escucharla era como un viaje hacia casa, hacia mis raíces», aseveró.

Finalmente, Patricia Toyos se encargó de leer una carta remitida por la hermana pequeña de Menchu, Marisol, quien no pudo asistir al acto por motivos familiares. En ella, pintó a una «Menchu sin miedo» y señaló que «no supo nunca lo que era ese sentimiento, es posible que la risa fuera su arma mágica». Destacó la «valentía» de su hermana, quien en seguida se enamoró del periodismo y de la radio, e indicó que «fue autodidacta, aunque siempre estudiaba todo lo que tenía ante sí». La récordo escribiendo en su vieja Olivetti y, eso sí, aseveró que «las nuevas tecnologías fueron un acicate para ella y cabalgó en ordenadores, móvil y tablet como si los hubiera conocido desde siempre». Entre las prioridades de Menchu, agregó, «siempre estaba la independencia, quería vivir sin presiones», pero, apostilló, «al mismo tiempo necesitaba la comunicación como aire para respirar». «Y en su última etapa vital la tuvo», concluyó, agradeciendo a las tertulianas de El Garabato la compañía que siempre brindaron a su hermana.

El homenaje, en el que participaron los miembros del Coro La Fuentina, el gaitero parragués Serxu Luaces y la soprano británica afincada en Ribadesella Dorothy Guillett, concluyó con todos los presentes cantando el himno de Asturias.

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