G. POMARADA
ARRIONDAS.
Domingo, 3 de octubre 2021, 00:46
La rivalidad que antaño mantenían en el agua acabó dando paso a amistades entrañables, no todo lo estrechas que quisieran por la distancia. Lo que comenzó hace cuatro años como un grupo de una treintena de personas para organizar un homenaje a Eduardo Herrero ... y a Jesús Rodríguez Inclán terminó derivando en un chat de WhatsApp de piragüistas veteranos que sembraron el germen de unos encuentros anuales que este fin de semana se desarrollan en el Sella. Es la primera vez que el emblemático río acoge esa reunión, con 170 participantes de los cuales más de un centenar realizaron ayer el descenso. «Es un encuentro de amigos. Tendría que estar en Rumanía, en el mundial de maratón; pero estoy aquí con ellos», contó José 'Pachi' Perurena, presidente de la Federación Internacional de Canoa. Entre esos amigos estaba su compañero Pedro Cuesta, con quien ganó en 1967 del Descenso del Sella, con récord incluido. Lo hicieron en una piragua de madera regalo de Dionisio de la Huerta que ayer recuperaron para la ocasión. «Somos locos por la piragua, los viejecitos que vamos a contarnos batallitas. Fuimos tremendos rivales en su momento, pero en el agua», expresó Cuesta.
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Esas anécdotas sobre juegos olímpicos o descensos del Sella forman parte de una historia del piragüismo que ellos mismos escribieron y que reviven ahora con los encuentros. «Tenemos un grupo muy majo», destacó Luis Garciablanco, ganador, entre otros títulos, del Sella de 1962 junto a Joaquín Tuya. El único requisito para formar parte del chat, confesaron los veteranos deportistas, es tener más de 35 años y «no hablar de fútbol, religión y política, que siempre acaban generando discusiones».
Tras pasar en anteriores encuentros por más zonas emblemáticas del piragüismo, la última en Picadas, los veteranos decidieron que era el momento de volver a remar en el Sella, «ya que no hubo Descenso». «Ese grupo empezó a crecer y crecer y derivó en un encuentro de todos los piragüistas en sitios diferentes de España. El Sella no podía ser menos», explicó el también campeón del Descenso Ricardo 'Calo' Soto, anfitrión de la presente cita.
La idea pasa ahora por hacer del río oriental sede fija de uno de los encuentros anuales. «La vocación es que todos los años, bien en septiembre o en octubre, hagamos una convocatoria anual aquí en el Sella», precisó Soto, también al frente de la Escuela Asturiana de Piragüismo, de donde ayer partieron los piragüistas para realizar el descenso. Algunos lo hicieron hasta Lloviu en las piraguas con las que competían antaño, mientras que otros optaron por llegar hasta Llordón en canoas de la propia empresa. En todo caso, y pese a estar ya alejados de la competición, no faltó cierto pique. «Hay gente con nivel, en el espíritu del piragüista el afán competitivo es insaciable. Cuando vean una proa asomar se van a dar caña como fenómenos», bromeó Soto.
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Este domingo, los veteranos volverán a subirse a la piragua para palear en la ría, partiendo de los Campos de Oba. «Ya que no hubo Sella, esto es un remate final espectacular», afirmó Alberto Estrada, presidente de la asociación de Amigos de Dionisio de la Huerta.
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