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La Semana Santa de Piloña se ha convertido en un referente a nivel regional. Una fuerte devoción religiosa, cargada de simbolismo y decenas de actividades, se vive cada año en Infiesto entre una multitud de participantes y espectadores. Y este año no ha sido la excepción, ya que, ni siquiera la lluvia pudo impedir la masiva participación.
Entre todo su extenso programa, hay una actividad que se roba el protagonismo. El Vía Crucis viviente de Infiesto es mucho más que una versión teatralizada en la que figurantes y actores recrean la Pasión de Jesús. Este año unas 300 personas se sumaron a la escenificación del calvario y dolor de Jesús.
Sin embargo, ya desde ayer los escenarios recrearon con precisión el Jerusalén de la Pasión de Cristo. La iglesia parroquial fue el primero de ellos, espacio donde se representó la Última Cena con los discípulos y el lavatorio de pies que predice la negación de Pedro y la traición por parte de uno de los apóstoles. Detrás de la escenificación están meses de trabajo, con ensayos iniciados en enero bajo la dirección de Charo Pérez.
Hoy Viernes Santo, segundo y último día del Vía Crucis viviente de Infiesto, se representó el calvario y el dolor de Jesús en las calles de Infiesto a través del famoso Vía Crucis Viviente, un momento icónico en el patrimonio cultural de la capital piloñesa. Arrancó en la plaza mayor de Infiesto a las 18.00 horas, mientras que a las 21.30 horas se realizó el Santo Entierro.
«Es un día muy especial no sólo para la gente de aquí sino para todos los asturianos. No hace falta ser muy religioso para disfrutar este Vía Crucis viviente. Es una gran obra de teatro donde los protagonistas somos todos, tanto actores como vecinos. Es realmente espectacular», señaló Rosalina Crespo, una vecina de Infiesto que participa todos los años en el Vía Crucis vestida de monja.
«Esto es una de las cosas más guapas que tiene nuestra Semana Santa. Se te eriza la piel entera cuando lo estás viendo. Es algo que no se puede explicar con palabras de lo impresionante que es», precisó Maruja Isoba que acudió acompañada de su familia.
«Aquí participan tanto creyentes como no creyentes. Yo no soy creyente y sin embargo me gusta colaborar todos los años en la Semana Santa de nuestro pueblo. Lo hacemos por convicción y tradición, no sólo por un sentimiento religioso. Cada vez es mayor la gente que se une a esta celebración», precisó otro de los figurantes, Ángel Luis Menéndez.
También, el organizador del Vía Crucis, Constantino Sierra, afirmó con entusiasmo que desde su primera celebración en la Semana Santa de 2014, el Vía Crucis viviente de Infiesto ha experimentado un ascenso imparable que lo ha llevado a convertirse en un referente reconocido a nivel internacional.
«Cada vez es mayor la gente que se quiere unir para participar en esta icónica celebración. Tantos mayores como jóvenes se unen para dar vida a la Pasión de Jesús, es un momento inolvidable que podemos hacer realidad con mucho esfuerzo cada año. Empezamos a trabajar desde enero para que todo salga bien. Se hace un esfuerzo muy grande», puntualizó Sierra
Programa de los próximos días
La procesión del Silencio será a las 9 horas de mañana y, a su término, se oficiará la celebración mariana. A las 21.00 horas será la vigilia pascual. Los actos concluirán el 31 de marzo, Domingo de Pascua, con una misa a partir de las 12.30 horas y la celebración de la Pascua de Resurrección. Unas celebraciones originales, espectaculares y diferentes que, se convierten en la disculpa perfecta para acercarse a Piloña y conocer toda la oferta turística que, al margen de las actividades directamente relacionadas con la Semana Santa, ofrece el municipio.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Clara Alba y José A. González
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