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Los agentes, ante la vivienda incendiada. G. C.
«Sólo pensábamos en que había que sacarlo de la casa en llamas como fuera»

«Sólo pensábamos en que había que sacarlo de la casa en llamas como fuera»

Gracias a su ingenio y determinación, los guardias civiles Gumersindo García y José Luis Junco salvaron a un hombre en Toraño

Gloria Pomarada

Arriondas

Miércoles, 19 de abril 2023, 03:02

El de la noche del pasado jueves será un servicio difícil de olvidar para el cabo primero Gumersindo García y el agente José Luis Junco, en el puesto de la Guardia Civil de Arriondas desde 2004 y 2007 respectivamente. Eran las 00.50 horas cuando recibieron el aviso de un incendio en una vivienda del pueblo parragués de Toraño. Hacia la localidad ribereña se encaminaron con el «chip» de acudir a un fuego, pero la realidad de lo que les esperaba terminó superando todas las expectativas. Ya de camino «nos dijeron que había una persona en el balcón», cuentan los guardias civiles. La prioridad pasaba así a salvar al vecino atrapado en la vivienda, tarea que no iba a resultar fácil. «Antes de llegar al pueblo se veía ya en la oscuridad de la noche como una bola de fuego», explica Junco.

A los pies de aquel incendio «descomunal» llegaron cruzando Toraño «con las sirenas». Fueron los primeros en personarse en el lugar del incidente y el hombre, de 74 años, les esperaba en el balcón, donde aún no habían llegado unas llamas que inhabilitaban ya las salidas, las escaleras y que derribaron incluso parte del tejado.

Los agentes, ante la vivienda incendiada.

El balcón «estaba a una altura bastante grande», explican. Descartado que el hombre pudiese descolgarse y ellos trepar sin apoyo, comenzó un discurrir contra reloj para hallar una solución que permitiese el rescate. Los guardias civiles intentaron en un primer momento acercar su coche para encaramarse a la casa desde el techo, maniobra complicada en plena noche y con llamas a tan escasa distancia. La idea no resultó por la diferencia de altura. Una vecina les prestó a continuación una escalera, pero «tampoco llegaba». Tirando de ingenio, colocaron la escalera encima de una mesa y así Gumersindo García logró ascender hasta el balcón mientras José Luis Junco aseguraba el invento.

De ese modo fueron guiando al hombre en el descenso, ayudándole a colocar los pies en los peldaños y tratando de transmitirle calma. No era fácil, pues estaban rodeados de humo, «se oían crujidos» y existía el riesgo de caída de elementos de la estructura.

«Ser rápidos»

Fueron «diez minutos» de agonía que transcurrieron «como si se hubiese paralizado» el tiempo. Pese a la adversidad, el hombre salió de la casa sin ningún tipo de herida. Sí tuvo que ser trasladado al Hospital de Arriondas por intoxicación de humo, pero fue dado de alta poco después.

«Había que ser rápidos y buscar ideas. Sólo pensábamos en que había que sacarlo como fuera», cuentan los guardias civiles, que describen con modestia la hazaña. «Salió bien», zanjan restándose importancia.

Tras el rescate de este hombre, el trabajo continuó tanto para García y Junco como para otras dos patrullas de la Guardia Civil de Cangas de Onís y Ribadesella y los bomberos, quienes se aseguraron de que las llamas no se propagasen a las construcciones aledañas. El operativo fue un éxito y los daños se limitaron la vivienda en la que se originó el fuego, propiedad de la familia del rescatado, cuya residencia habitual se encuentra en Oviedo.

Tanto García como Junco reconocen que en sus 31 y 20 años de trayectoria en la Guardia Civil nunca se había encontrado en «una tan apurada». La mejor recompensa, el agradecimiento del hombre al que salvaron la vida.

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