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LUCÍA RAMOS
CANGAS/ARRIONDAS.
Miércoles, 8 de agosto 2018, 00:26
Es un problema que se repite cada verano, desde hace años, y por eso desde el sector turístico y hostelero reclaman medidas contundentes para erradicarlo de una vez por todas. Los empresarios de Cangas de Onís y Parres se mostraban ayer satisfechos con el desmantelamiento, el pasado viernes, en pleno fin de semana de les Piragües, de tres chiringuitos ilegales en la margen canguesa del Sella, pero reclamaron que la presión no se quede ahí y abogaron por mantener rondas diarias por el cauce del río para disuadir a quienes piensen en instalar uno de estos puestos que carecen de permisos.
«Creo que algo está ocurriendo cuando tenemos que salir cada dos por tres a denunciar este asunto», apuntaba el presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (Incatur), Toño Sánchez. «Tiene que haber una vigilancia continua y un control más activo de todos los chiringuitos ilegales que se están poniendo en las orillas del río, eso de que un día pillen a tres si luego no vuelven a salir a buscar hasta que no haya una nueva denuncia no sirve», aseveró.
En este sentido, el empresario reclamó «más voluntad» por parte de las administraciones para acabar con el problema. «Creo que tienen que tomarse más en serio este asunto. Los puestos ilegales no solo suponen competencia desleal para los negocios legalmente establecidos en el entorno del Sella, también ofrecen una imagen que no es la que nos interesa que se lleve el turista. No es el mensaje que queremos dar para nuestro en torno y nuestra comarca en general», manifestó. Algo en lo que se mostró de acuerdo el hostelero parragués Belisario Suárez, quien fue más allá y apuntó a los posibles problemas sanitarios que pueden conllevar estos puestos que no pasan ningún control. «Por fortuna, que se sepa todavía no pasó nada, pero lo que no podemos hacer es esperar a que haya una infección para actuar, si no trabajar en prevenir posibles problemas», apuntó.
Por todo ello, agregó Sánchez, «venimos reclamando desde hace tiempo que haya un control mucho más exhaustivo sobre un problema que vemos que año tras año sigue existiendo». Un control que para el presidente de Incatur pasa por «la implicación de todos los ayuntamientos, sobre todo los de Cangas de Onís y Parres. Que se organicen como vean, por ejemplo pueden mandar una patrulla un día cada uno o una semana cada uno, durante las horas puntas a las que se sabe que se ponen estos puestos», planteó el empresario cangués. «No me parece algo muy complicado y el solo hecho de coger el coche y hacer una ronda por la zona ya intimida a quienes estén pensando en poner uno de estos chiringuitos ilegales», apostilló.
También el parragués abogó por «un seguimiento continuo, así como controles idénticos a los que se hacen a los negocios fijos para que quienes hacen el descenso del Sella tengan la garantía de que tanto la comida como la bebida que van a adquirir en los chiringuitos son seguras y de calidad».
En este sentido, tanto desde el Ayuntamiento de Cangas de Onís como desde el de Parres, llevan tiempo procediendo no solo a sancionar a los propietarios de los chiringuitos ilegales, sino a retirarles todo el material para dificultar su vuelta.
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