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CARLA VEGA
COLUNGA.
Lunes, 6 de diciembre 2021, 00:52
Los vecinos de Colunga celebraron este fin de semana su Feria de Les Fabes, una de sus tradiciones más arraigadas, que cumple este 2021 nada menos que treinta años. Fueron ocho los cosecheros que se dieron cita en esta ocasión y entre ellos llevaron ... un total de 469 kilos de varios tipos de faba para poner a la venta, de los cuales pocos regresaron de vuelta a casa.
La variedad de la Granja fue la estrella, tal y como viene siendo costumbre, convirtiéndose en una de las más demandadas por los visitantes. A un precio de 15 euros el kilo, pasada la media mañana era difícil encontrar un puesto que aún tuviese fabes de la Granja. Situación similar sucedió con la variedad verdina, o la Gloria, puestas a la venta por un precio de entre 12 y 15 euros, que también volaron de las manos de los cosecheros, quienes se mostraron felices de la cantidad de gente que se acercó a la feria y de poder celebrar tres décadas de encuentros.
Para una fecha tan destacada, el Ayuntamiento quiso contar con un pregonero a la altura de la celebración, y el cantautor mierense Víctor Manuel fue el elegido. Su llegada al recinto -ubicado este año en una carpa situada en la avenida del Sueve (ya que la plaza de abastos está pendiente de obras)- robó por un momento el protagonismo a les fabes de los cosecheros, aunque el cantautor se encargó de volver a ponerlas en el centro de todas las miradas a través de su discurso.
El mierense recordó con cariño las fabadas que su madre y su abuela preparaban, «aquellas que tanto extrañé en mi llegada a Madrid, allá por los sesenta», y puso un toque de humor cuando narró las aventuras de su primera fabada ante los cientos de vecinos que se acercaron a la carpa para escucharle.
«En Madrid buscaba una buena fabada por los restaurantes, pero un día que regresé a casa le dije a mi madre que me preparase todo lo necesario para hacer una en condiciones yo mismo. Me preparó fabes, compango e incluso me metió en la maleta el libro de María Luisa. Recolecté todos los consejos que pude, y tras hacerle caso a todos, me di cuenta de que el secreto no estaba entre todo eso que me habían dicho. Ni siquiera era el agua de casa de mi madre, que también me llevé. Para hacer una buena fabada solo hay que tener buena faba y buen compango», manifestó el artista, arrancando el aplauso y la carcajada de los presentes.
El pregonero quiso finalizar su discurso recordando que «Asturias es un paraíso, pero para convencer a los demás de lo que somos, debemos convencernos nosotros primero de que esta es una tierra privilegiada. Somos mejores de lo que pensamos que somos. Viva la Feria de Les Fabes, viva Colunga y puxa Asturias».
La alcaldesa del concejo, Sandra Cuesta, le hizo entrega de una placa conmemorativa de la fecha. «Espero que este detalle te sirva para recordar este día con el mismo cariño con el que lo harán las y los colungueses», transmitió Cuesta. Tras esta intervención, llegó el momento de ceder el protagonismo por unos minutos al matrimonio formado por Delfina Simón y Juan Bada, de 90 y 94 años y vecinos de Conlléu, que recibieron el premio a Paisanos del año. Llevan 69 años casados, y han dedicado toda su vida al campo, cultivando, entre otros, fabes. Visiblemente emocionados subieron al escenario entre aplausos y la atenta mirada de su hija, nietos, y demás familiares.
«Siempre han sido muy entregados para el trabajo. Mi madre incluso con un poco más de esmero que mi padre», reconocía Ana María Bada, hija del matrimonio. Delfina Simón recordó cómo acudía al mercado de Villaviciosa y Colunga para vender la cosecha, y quiso recordar a los más jóvenes que «la faba es muy importante y no puede dejar de cultivarse. Dedicarse al campo da mucha vida, no se puede olvidar», aseguró la nonagenaria, que a pesar de su edad, goza, al igual que su marido, de un envidiable estado de salud.
Otro de los momentos más esperados de la mañana fue la entrega de la Faba de Honor, que este año se concedió a las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio por el trabajo que realizaron durante la pandemia. Casi todas pudieron acudir a recibir el diploma acreditativo, e iban subiendo al escenario mientras la carpa se convertía en un mar de aplausos para ellas.
Paloma Felgueres, representante de todas ellas, quiso compartir el premio con los compañeros del centro de salud del concejo y del equipo de Servicios Sociales, y puso como protagonistas a todas esas personas mayores con las que trabajan a diario. «Viven otra pandemia, que es la de la soledad, y aunque muchos piensan que los mayores son el pasado, hay que recordar que sin pasado no hay presente, y sin este no hay futuro. Seguiremos trabajando por y para ellos, que es lo más gratificante», aseguró, visiblemente emocionada.
La ceremonia puso fin con el ansiado anuncio de los ganadores de la Faba de Oro y de Plata, que este año se llevaron las hermanas Vicentina y Carmina Priesca del Valle, respectivamente. Ambas las cosechan en Loroñe, y coincidieron en reconocer que el secreto para cultivar una buena faba es «tener buena tierra y hacerlo con mucho cariño», señaló Carmina. La mayor de las hermanas, Vicentina, no tuvo reparo en reconocer que la faba de la zona de Colunga es «la mejor para hacer fabada porque no se abre» y expresó su deseo de «poder continuar acudiendo a esta feria muchos años más», deseo al que se suman todos los participantes.
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