«Es el premio más grande que di, no pude dormir en toda la noche»

Parres amaneció esta mañana con un nuevo millonario. El propietario de uno de los doce boletos premiados con la segunda categoría del sorteo de EuroMillones llevó durante toda esta semana, sin saberlo, nada menos de 2,5 millones de euros en el bolsillo. «Es el premio más grande que di, no pude dormir en toda la noche», reconocía Isabel González Menéndez, la titular de la administración de Loterías número 2 de Arriondas, donde se validó el boleto acertante. Según indicó el delegado de Selae en Asturias, Roberto Morales, «se trata de una apuesta pronosticada, es decir, elegida número a número por el propio cliente, quien jugó a los dos sorteos semanales pagando cinco euros». Esto significa, apuntó la lotera, que «con toda probabilidad es un cliente habitual, alguien de la zona».

Si bien a estas horas aún no se sabe quién es el agraciado, desde que Isabel González y su compañera Claudia Intriago abriesen las puertas de esta administración ubicada en el número 11 de la céntrica calle Argüelles, se cuentan por decenas los vecinos que se acercaron a felicitarlas y a celebrar «que haya una buena noticia entre tantas penas». «Ojalá se quede en el concejo y sea para alguien que lo necesita», deseaba la titular, que era incapaz de expresar con palabras los sentimientos que la inundaron cuando ayer por la noche Roberto Morales la llamó para darle la buena noticia. «Es un subidón impresionante, casi como si me hubiera tocado a mí, esto es mejor que la Lotería de Navidad», apuntaba, radiante.

La número 2 de Arriondas es una administración «familiar» y que lleva casi cuatro décadas acompañando y repartiendo suerte entre los parragueses. La abrió «hace 37 años» su madre, Delia Menéndez, quien se jubiló hace trece, quedándose Isabel como titular de la misma. «Ayer por la noche se volvió loca de contenta cuando se lo conté», relataba. El último premio grande que repartió, recordó, «fueron 120.000 euros de la Bonoloto hace uno o dos años». Y aventuró que será difícil dar, al menos por ahora, con el ganador. «Cuando son premios de esta cuantía no se suele decir», señaló. Si bien Morales apuntó que «no es la primera vez que una persona que tiene por costumbre acudir a su administración una vez por semana llega y pide comprobar el boleto sin saber que está premiado».