L. RAMOS
BENIA.
Martes, 4 de febrero 2020, 00:15
La producción y el número de elaboradores de queso Gamonéu crece y las cuevas actualmente en uso se les quedan pequeñas. Por este motivo, desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) y el Ayuntamiento de Onís reclamaban ayer al Principado ayuda ... para estudiar la apertura de nuevas oquedades de cara al proceso de maduración de uno de los manjares por excelencia de los Picos de Europa.
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«Ya hemos pensado en algunas cuevas del concejo, como la de Melendreras, la de Covalierda y otras, y queremos trabajar con el Principado para estudiar cuáles son sus condiciones y si pueden servir para madurar queso», indicó el alcalde oniense, José Manuel Abeledo (PSOE). Lo hizo durante la visita al concejo que realizó el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ayer por la mañana.
Algo con lo que se mostró de acuerdo la presidenta de la DOP Gamonéu, Belén Bulnes, quien amplió la petición también al vecino concejo de Cangas de Onís. «Es necesario estudiar la posibilidad de abrir más cuevas, pues ahora mismo en cuanto crezca un poco la producción ya nos vamos a quedar cortos en la Cueva Oscura», aseveró. A esta oquedad, que comparten entre once queseros de la variedad del Valle, se suman media decena más, como las de Belbín, Teón y Vega de Fana, entre otras.
Precisamente en relación a la Cueva Oscura hacían ayer otra petición tanto Belén Bulnes como su colega Rosa Sánchez, quien hizo una visita guiada al consejero por su quesería Vega de Ario, ubicada en Benia. «Nos hemos fijado en que últimamente está perdiendo el color gris blanquecino típico de la caliza que tenía cuando se puso en marcha hace unos nueve años y se está poniendo un poco negra», explicaron. Y apuntaron que sospechan que el cambio de tonalidad pueda ser debido a la manipulación de las piezas de queso que se maduran en su interior.
Efectivamente, el propio Borja Sánchez apuntó a la posibilidad de que se trate de «las esporas de los hongos típicos del queso, que se propaguen cuando les dan la vuelta». Una teoría que compartieron ambas elaboradoras, quienes, no obstante, reclamaron la mediación del titular de Ciencia, Innovación y Universidad ante el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA) para que se lleve a cabo «un estudio que verifique que las condiciones de la cueva siguen siendo las mismas que cuando se abrió».
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Una comprobación que no solo dejaría más tranquilos a los productores, quienes de momento aseveran no haber notado ningún cambio en sus quesos, sino que también permitiría decidir si se permite la entrada de los dos nuevos elaboradores que han solicitado utilizar la oquedad. «Necesitamos saber cómo está la cueva antes de sumar más gente», insistió Bulnes.
Ambas peticiones fueron acogidas de buen grado por el consejero, quien valoró «todo lo que sea aumentar la producción y con ella el empleo y las ventas». Recordó que ya antes de la apertura de la Cueva Oscura se llevó a cabo un estudio previo de la misma, con lo que «sería retomarlo». «Las bases ya están, por lo que no sería complicado ni técnicamente ni en cuanto a plazos y dinero», indicó. Sánchez se mostró partidario de que los investigadores colaboren estrechamente con sectores como este de cara no solo a mejorar los productos, sino de «dar a conocer la gran mancha quesera que es Asturias fuera de nuestras fronteras».
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