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G. POMARADA
ARRIONDAS.
Viernes, 29 de noviembre 2019, 01:43
Las humedades que arrastra el colegio público Río Sella de Arriondas han terminado por convertirse en goteras y filtraciones en las últimas semanas, coincidiendo con las intensas lluvias. «El lunes empezó a llover dentro de la clase de religión y dijimos hasta aquí llegamos», explicó ayer la directora, Ana González. Tras dar traslado del problema a las administraciones, técnicos del Ayuntamiento acudieron el martes al colegio para valorar la intervención, un paso previo a las obras que se repetía ayer, esta vez con personal de la Consejería de Educación. Al recorrido por los desperfectos se sumaron también la directora general de Planificación e Infraestructuras Educativas, Ana Isabel López Isla; el alcalde, Emilio García Longo (PSOE); y el teniente de alcalde, Álvaro Palacios.
La intención de Ayuntamiento y Consejería, indicaron, pasa por acometer las obras de reparación de canalones y bajantes de forma urgente, por lo que firmarán un convenio de colaboración. Los trabajos están aún sin presupuestar, pero la previsión es que el documento técnico y económico esté listo en dos semanas. «En quince días podremos dar vía de solución a los problemas que generaron las inclemencias meteorológicas», afirmó López Isla. Tanto la directora general como el alcalde recordaron que existen «unos trámites que llevan tiempo», si bien sostuvieron que «se actuará lo más rápido posible». «Estamos haciendo ya la evaluación técnica, es una prioridad de las dos administraciones», indicó García Longo. En el caso del Consistorio, barajan incluir la actuación en el capítulo inversor de los presupuestos de 2020.
Las filtraciones se concentran en la parte del edificio que mira al río Sella, con hasta cuatro aulas afectadas. Recipientes de plástico pueblan estos días esas clases, algunas con el agua ya chorreando por las ventanas, como sucede en una de Primaria de la planta baja. En el mismo piso, los daños llegan a una esquina entre el comedor y la cocina, con goteras; y a un pasillo, con parte de la pared cubierta de mohos. También en la segunda planta se registran goteras y canalones derribados. Desde el Ayuntamiento señalaron que el viento del pasado domingo agravó la situación.
«El año pasado ya había humedades, pero los problemas más graves empezaron este», explicó la directora, que recordó que en lo que va de curso se ha reunido en dos ocasiones con la Consejería.
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