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L. RAMOS
CORAO (CANGAS DE ONÍS).
Miércoles, 26 de mayo 2021, 02:55
La Feriona de Corao quiere dar ejemplo. Después de un año especialmente duro para el sector ganadero, que vio cómo sus grandes citas se iban cayendo del calendario una tras otra, el Ayuntamiento de Cangas de Onís decidía hace unas semanas seguir adelante ... con la suya, eso sí, haciendo especial hincapié en la seguridad. Así, ayer mismo se ponía en marcha un dispositivo del que forman parte una treintena de efectivos y que deja a la localidad de Corao completamente blindada para garantizar que todo marche bien.
«Tenemos once auxiliares que se encargan del control de acceso en dos puntos, verificando que todos los datos registrados son correctos, tomando la temperatura a quienes entran y entregando pulseras de diferentes colores para, en caso de que se produjese un brote, tener controlado el sector», explicó a EL COMERCIO el director de seguridad del grupo Serveco, Miguel Romano. A esto se suman cinco vigilantes de seguridad encargados de controlar «puntos estratégicos» y de 'patrullar' el interior del recinto ferial para verificar que todo el mundo cumple con las medidas de seguridad.
Además, en cada una de las tres entradas al pueblo habrá una pareja de agentes de Policía Local controlando los accesos en todo momento, al igual que en el cruce de Labra y en el interior del pueblo, explicó el alcalde cangués, el popular José Manuel González Castro. Y agradeció a los ayuntamientos de Parres y Piloña que les 'prestasen' a dos agentes cada uno. «También habrá presencia de Guardia Civil», agregó el regidor, quien indicó que está previsto que hoy acudan sus homólogos de otros concejos como Piloña y Salas para tomar nota del protocolo y poder aplicarlo en sus respectivas ferias.
«Había muchas ganas ya de poder ir recuperando las ferias porque los ganaderos necesitan vender y esto es bueno para toda la comarca, atrae a mucha gente», apuntaba María Lucias desde Casa Gelot, y junto a ella Manuel Gelot destacaba que «nunca vimos un dispositivo de seguridad tan grande como este, eso da mucha tranquilidad». En términos similares se expresaba Laura Coviella, vecina de Corao, quien aseguró sentirse «muy segura» y confió en que «salga sodo bien para que se vayan volviendo a celebrar el resto de ferias, que buena falta hace». Mari Carmen Allende, de Santianes, fue de las primeras ganaderas en llegar y reconoció que «se echaba mucho de menos». También confió en que, pese al aforo limitado -1.500 personas en lugar de las más de 5.000 que se suelen congregar- «se venda bien».
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