Secciones
Servicios
Destacamos
G. POMARADA
ARRIONDAS.
Jueves, 5 de agosto 2021, 00:55
Pocos ribereños podían imaginar el pasado agosto, cuando soñaban con un 2021 marcado por el regreso de la normalidad y del Descenso Internacional del ... Sella que, este verano, la suspensión volvería a repetirse. La situación es asumida entre hosteleros y comerciantes, si bien en plena semana de Piragües resulta inevitable echar la vista atrás y comparar con 2019, cuando se llegaron a contabilizar 250.000 asistentes. «Estamos trabajando bien porque sigue habiendo mucha gente, pero el Sella era un plus para acabar bien el año», explica Luis Fernando Bulnes 'Calano', vicepresidente de la Asociación de Hosteleros de Ribadesella. Los locales que habilitan durante la fiesta barras en el exterior, explica, experimentan una «inyección» en esas fechas. «No es solo de noche, por el día también se trabaja bien, ya no es como antes. No hay las masificaciones de los noventa y principios de los 2000», apunta. En ese nuevo rumbo que experimentó la fiesta coincide el hostelero parragués Fernando Fondón, presidente de Selleros. «Cambió lo de las noches. Estos últimos años era muy bueno cuando el desfile, el vermú e incluso el sábado por la tarde, que antes no pasaba», explica. La ausencia por segundo año consecutivo pesa y «se nota» a nivel económico, pese a que en Arriondas «de ocupación estamos bien», indica Fondón.
Los hosteleros no son los únicos que se resienten por la pérdida. En menor medida sucede también en los alojamientos, si bien la tradición de acampar atrae cada año a un amplio volumen de visitantes. En el comercio, por su parte, son conscientes de que todos los negocios forman parte de un círculo que se beneficia de la gran fiesta de Asturias. «Indirectamente, ese dinero que no queda lo notamos todo», señala Fidelia Fernández, presidenta de la Asociación de Profesionales del Comercio de Arriondas. «No es como en la hostelería, no repercute igual en todo el comercio. Esos días se venden cosas típicas de la fiesta como chalecos o también alpargatas, ropa, calzado... Y hay mucha gente en alimentación, es un 'boom'», detalla.
Desde Ribadesella, José Manuel García, presidente de la Asociación de Industriales y Comerciantes de Ribadesella (Aicor), recuerda que el Descenso «arrastra mucha gente», pero también este verano están registrando una buena afluencia. «Hay gente que llamó para comprar chalecos aunque no haya fiesta, se nota que hay ganas de celebrar y de que todo vuelva a la normalidad», dice García, quien apunta además al componente sentimental que en el oriente tienen les Piragües. «Es una fiesta muy arraigada y esta semana que sería la del Sella parece que nos falta algo», confiesa. Idéntica apreciación comparte el hostelero Luis Fernando Bulnes: «Además de chigrero, soy piragüero y estoy deseando que vuelvan. Esto va más allá del tema económico». El sentir se repite en Arriondas, donde Fernando Fondón lamenta la «pena» de estas jornadas por «no ver el ambiente y acordarte de otros años». «Es una fiesta de siempre, que se echa muchísimo de menos, pero hay que cumplir. Cuanto mejor hagamos las cosas, más cerca estarán las próximas Piragües», anima Fidelia Fernández.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.