Descenso bajo la lluvia en Piloña

Lo demostraron más de un centenar de integrantes entonando los cánticos guiados por Kevi Menéndez y luciendo su particular atuendo, empapado por la lluvia. Incluso los 'tritoninos' se sumaron a la fiesta y ello pese a que en esta ocasión no han podido acudir a las clases preparatorias. «Ya están encamentados», apuntó Menéndez. Durante la marcha, tuvo además un recuerdo para José Gallardo, quien «siempre colaboró».

A la capital piloñesa acudió también una representación de los parragueses Selleros, con más de una treintena de personas. «Es una pena que llueva, pero después de esto lo superan todo», animó su presidente, Fernando Fondón, a los piloñeses. Del concejo anfitrión desfilaron también grupos de pueblos como Villamayor, con una original fabada trabajada durante semanas y a la que no faltaba detalle: desde el compangu a la pota, el aceite del 'Marqués de Marina' o la propia faba, asturiana y de nombre 'La Villamayorina'. También la asociación El Roblón de Coya puso colorido a la cita, así como el grupo pirata de Areñes a bordo de 'La perla negra', una embarcación que surcó la avenida principal de Infiesto bajo el chaparrón y rodeada de corsarios. Animadores y la banda de música completaron el desfile, antesala de la segunda de las vertientes de la cita festiva, la piragüística. De dar lectura a los versos que preceden a la salida se encargó en esta edición la joven artista Candela Álvarez, de Villamayor. Una elección con la que la organización rinde también homenaje a la memoria de su padre, el conocido hostelero del restaurante El Benidorm José Luis Álvarez, fallecido en 2020 y volcado con el Descenso.

Por «prudencia», debido al nivel del río, faltó la presencia de los Tritones en el agua. También el caudal obligó a modificar el recorrido de la competición, suspendiendo el descenso previsto desde Infiesto a Sevares. En su lugar, en el tramo que discurre entre el Puente Viejo y el de Pialla tuvo lugar una regata que constó de tres vueltas. Pese a contar con un centenar de inscritos, el estado del río desanimó a buena parte de los deportistas y fueron finalmente cuarenta embarcaciones de K1 y K2 y cincuenta palistas los que se adentraron en las ayer imponentes aguas del Piloña. Debido a las lluvias de la última semana, ya el jueves se habían suspendido las pruebas matinales -correspondientes a infantil y cadete- y se había dispuesto la obligación de usar chaleco salvavidas.

Esquivando las olas para evitar que el agua entrase en las piraguas, los deportistas ofrecieron un espectáculo de fuerza y destreza que no defraudó al público. En K2 se cumplieron los pronósticos y se impuso el equipo combinado integrado por Álvaro Fernández Fiuza y Walter Bouzán, pareja que suma el mayor número de victorias en el Descenso Internacional del Sella. Milín Llamedo y Brais Sánchez fueron los segundos clasificados, remando juntos por segunda vez. «Somos amigos de siempre y ahora coincidimos los dos en una situación en que estamos disfrutando de la piragua después de haber conseguido cosas», contó Llamedo. El parragués reconoció que la de ayer fue una prueba marcada por lo «peligroso» del río. «Lo importante era sacar la edición adelante por el público y la gente, que se merecían una carrera», afirmó.

En K2, la clasificación la completaron Álvaro García y Óscar Martínez, del Club Sirio: seguidos de Pablo Solares y Javier Otero, del Club Neptuno; Rafael Carril y José Manuel Obaya, también del Neptuno; y David Fernández y Damián Eduardo Dossena, de Los Rápidos. En K1 se alzó con la victoria Guillermo Fidalgo, mientras que Kiko Vega y Luis Amado Pérez se colgaron la plata y el bronce respectivamente. El cuarto clasificado fue Tomás Peruyero y el quinto Samuel García.

Por clubes, la mayor puntuación la obtuvo el Sirio, seguido de Oviedo Kayak, Los Rápidos, SCD Ribadesella y Neptuno.