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GLORIA POMARADA
BENIA.
Sábado, 4 de agosto 2018, 00:22
La nueva estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Benia de Onís afronta su fase final, con la previsión de estar plenamente operativa «entre finales de septiembre y principios de octubre». Con esos plazos se presentó ayer la infraestructura, que contó con una inversión de ... 1,1 millones de euros y está pendiente ahora de la colocación final de una pantalla vertical, el bombeo Este de Benia y la reposición del área recreativa. El espacio ocupado por la zona verde fue, después de barajar otras opciones, el enclave elegido para levantar la EDAR, y deberá ser ahora restituido en la parte posterior del Centro para la Biodiversidad y el Desarrollo Sostenible 'Las Montañas del Quebrantahuesos'.
El fin de la depuradora pasa por evitar los vertidos al río Güeña, que repercuten también en el Sella. Así lo explicó el alcalde del concejo, el socialista José Manuel Abeledo, en el acto de inauguración, en el que también estuvieron presentes el consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra; el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano; y la directora de Calidad Ambiental, Paz Orviz.
La obra era una vieja reivindicación del concejo ante los problemas de «malos olores en el entorno de los desechos de la época de estiaje», indicaron desde la consejería. La capacidad de la instalación -integrada por colectores, estaciones de bombeo y depuradora- está concebida para dar respuesta a las necesidades de saneamiento de «entre 1.050 y 1.100» habitantes, explicaron los técnicos, una cifra que supera el actual número de vecinos del concejo. Los vertidos se recogerán en las localidades de Benia, Villar y Talavero y serán a continuación tratados en la EDAR, donde se eliminarán los materiales sólidos y se extraerán también las arenas y las grasas. El sistema de depuración está basado en biodiscos con decantadores primarios y secundarios que ofrecen «ventajas» derivadas de su «flexibilidad en variación de carga y caudal a depurar», indicaron los expertos.
Las obras de la nueva EDAR comenzaron a principios de 2017 y los plazos entonces apuntados situaban su puesta en funcionamiento en los primeros meses de 2018. No obstante, los orígenes de la obra se remontan años antes. Los trabajos fueron adjudicados en 2015 a la empresa Dragados S. A. y estaba previsto que comenzasen a principios de ese mismo ejercicio. El motivo del retraso, que alcanzó los dos años, fue achacado entonces desde la consejería y el propio Ayuntamiento a problemas con las expropiaciones de los terrenos afectados. Esa situación motivó un cambio en la ubicación de la estación, que no estaba proyectada en los terrenos del área recreativa.
Por su parte, el alcalde agradeció ayer ante Lastra las inversiones en materia de saneamiento efectuadas por el Principado, entre las que citó la mejora de la red de Benia, La Robellada y Avín. Aludió también a las reparaciones en la carretera AS-114 y la construcción del punto limpio, trabajos que han supuesto «más de dos millones de euros», destacó Abeledo.
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