Solo dos xatos en la feria de Santillán por temor a la enfermedad hemorrágica

«Fue por el mosquito, está sin control desde hace veinte días», aseguró el concejal de Ganadería y también ganadero Alberto Suárez, quien cifró «entre 15 y 20» las explotaciones afectadas en el concejo. En cuanto a bajas, indicó que son «sobre diez» las reses muertas. Suárez apuntó que los casos comenzaron «por la zona de Ponga contra Caso» y a Amieva llegaron «en la temporada de calor que hubo en octubre». «Los veterinarios no dan abasto, no pueden pararse a hacer análisis porque no tienen tiempo», explicó. Compartió además que se nota la «escasez de medicamentos». Ante tal situación, el edil de Ganadería reclamó que «alguien haga algo» y, más que ayudas, situó la urgencia en «una vacuna». «Entre esto y los precios es el remate», lamentó Suárez, quien en su propia explotación registra dos casos.

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Sara García Antón

Enrique González, ganadero de Vis, sufrió tres casos, si bien «van mejor las tres». Sobre los síntomas recordó que son dispares, desde «llagas en la boca» a problemas para mantenerse en pie. En el caso de Jorge Crespo, del pueblo de Amieva, son cinco las reses afectadas y «tres abortaron». «La boca se les pone como en carne viva y una no era a caminar. Después a ver cómo quedan», señaló. A la feria decidió no bajar ningún animal por «miedo». «¿Los bajas y qué? El que vaya a comprar y mañana esté mala...», reflexionó.

Los pocos ganaderos presentes coincidieron en el problema económico, pues «la inyección cuesta entre 35 y 40 euros». Además, explicaron, la recomendación es «meter los animales en la cuadra», por lo que tienen que adelantar la temporada de ceba. A todo ello sumaron otra inquietud, la relativa a qué sucederá con la inminente campaña de saneamiento.

Para el alcalde de Amieva, Carlos Salazar, la irrupción de la enfermedad hemorrágica epizoótica «es un problema gordo» y «la consejería tiene que actuar ya, no mirar a otro lado». «Amieva necesita ayuda», afirmó el primer edil, quien apuntó en concreto a la necesidad de apoyo en la toma de muestras. «Los veterinarios están desbordados y antes tienen que atender a las que están malas», señaló. Recordó asimismo que «los tratamientos son caros». «Y a ver cómo quedan los animales que no mueren», añadió.