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Por cuarto año consecutivo, un grupo de veteranos del Ejército eligieron Covadonga para su encuentro anual. En torno a medio centenar de miliares de la COE 71 de Oviedo, COE 72 de Gijón, los boinas verdes de León y los del GOE VI de La Coruña reazaron en el santuario una oración por los fallecidos en las unidades de operaciones especiales de España y llevaron a cabo la tradicional ofrenda floral a la Santina.
Durante la jornada se ofició una misa en la que el abad de Covadonga agradeció la presencia de los veteranos. A la salida se desplazaron en formación hasta la Santa Cueva donde se realizaron las ofrendas de ramos a la Santina, y, como novedad, este año se cantó por primera vez la canción: 'La muerte no es el final'.
Por último, los veteranos colocaron, también por primera vez, una 'corbata' en el estandarte de la asociación, que estuvo elaborada por Miguel Ángel Fernández. Se trata de una cinta ancha con bordados de oro del Real sitio de Covadonga. «Este acto es una tradición que se hace especialmente en recuerdo de todos los compañeros fallecidos de todas las compañías de operaciones especiales del Ejército español. Este año se han hecho actividades nuevas como la colocación de la corbata y el canto de 'La muerte no es el final'. Fue un momento muy especial», explicó José Manuel Fernandez, organizador del evento.
La jornada concluyó con una comida de hermandad, que se llevó a cabo en el restaurante El Bosque, de Soto de Cangas.
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