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GLORIA POMARADA
LLANES.
Lunes, 19 de julio 2021, 00:35
Existen dos orientes, el de los apenas 48.000 vecinos censados y el de la comarca que se desborda de visitantes durante los meses estivales. Compaginar esas dos realidades supone un desafío para concejos que llegan a experimentar incrementos de población de hasta el ... 171%, como sucedió el último agosto en la zona de Cabrales, el máximo pico de toda Asturias. En una comarca que atesora tanto un amplio volumen de segundas residencias como los enclaves más turísticos de la región -desde los Picos de Europa al río Sella o las playas- los ayuntamientos advierten año tras año de cómo sus pueblos duplican o incluso triplican población sin disponer de más medios: con los mismos recursos deben hacer frente a necesidades ingentes de agua, de recogida de basuras, de depuración, de atención sanitaria, de aparcamiento o cuestiones de seguridad. Algunos, como Caravia o Cabrales, sin disponer ni si tan quiera de policía.
Que el fenómeno es ya una constante de cada verano lo saben bien vecinos y consistorios, pero esa apreciación de 'lleno total' sorprende aun más al observar cifras concretas: el 15 de agosto de 2020 en la comarca pernoctaron 105.995 personas, más del doble de residentes habituales. Esa misma jornada, el oriente experimentó una variación de población que alcanzó las 58.620 personas. Solo en Llanes (13.473 censados según el último padrón) recalaron ese día 21.154 visitantes, lo que supone un incremento de población del 141%. En Cabrales y concejos de su área (6.141 vecinos), fueron 11.786, lo que se traduce en el mencionado máximo regional del 171%. En Colunga y Caravia (3.674 habitantes), el porcentaje llega al 164% y la cifra bruta de personas a 6.849. En Ribadesella (5.688 censados) se alcanzaron las 9.801 personas y un incremento del 152%. Todos esos datos los recogen los estudios de movilidad estacional elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de datos de posicionamiento de teléfonos móviles. En marcha desde 2019, ese análisis se centra en jornadas de julio y agosto, concretamente los días 18 y 15 respectivamente.
¿Cómo se gestiona un concejo con más turistas que vecinos? La respuesta trae de cabeza a los ayuntamientos, tanto en la costa como en el interior. «Es complicado, tenemos infraestructuras para un determinado nivel de servicios», indica la alcaldesa de Colunga, Sandra Cuesta (PSOE). En su concejo, cada verano «tenemos que ampliar el caudal de agua», a lo que se suma el problema de las playas, desde su limpieza al salvamento. «Es mucho dinero», respalda la regidora de Caravia, Salomé Samartino (PP). Pone como ejemplo el volumen de basura que llegan a recoger en las papeleras de las playas, hasta una tonelada. Además, en su municipio deben hacer frente a «más tráfico, más gente y más necesidades» sin Policía Local, lo que «es más duro». Samartino asume, no obstante, que del turismo «comemos casi todos directa o indirectamente», una reflexión común del conjunto de alcaldes. «Hay dos tipos de personas: los que viven del turismo y los que creen que no viven del turismo», afirma Ramón Canal (PSOE), primer edil de Ribadesella. En su caso, el pasado verano sufrieron problemas de abastecimiento de agua en momentos puntuales, ya que «nos quedamos cortos porque la usan todos a la vez y la capacidad de almacenamiento es insuficiente», apunta.
En Cabrales, «hay días que tenemos que bajar la basura dos veces a Ribadesella -allí se encuentra el centro de recepción de residuos-, lo que lleva un mayor gasto», indica el alcalde, José Sánchez (PSOE). «Se junta todo y no tenemos personal. Contratar Policía Local no está dentro de lo que podemos gastar. Tenemos un territorio complejo de gestionar en momentos de máxima afluencia», sostiene.
Desde Llanes, el alcalde Enrique Riestra (VxLl) sostien que «es hora de que el Principado tenga presente» la situación. «No me importa de qué forma, pero que se contemple», insiste. Dos veranos atrás, desde el equipo de gobierno llanisco instaron a concejos en su misma tesitura a unirse para reclamar compensaciones, bien vía tasa turística o de ayudas de las administraciones regional y central. El alcalde de Cabrales reconoce que la tasa turística «ya se está planteando en muchos sitios», si bien considera que «es complicada de implantar». «Hay que intentar proteger Cabrales, pero eso tiene un coste muy grande para el Ayuntamiento y en verano no sé si lo podremos asumir mucho tiempo», señala. Por ello, sostiene que el de la financiación es un «debate a abrir». El regidor de Ribadesella considera que «debería tenerse en cuenta el hecho diferencial a la hora de hacer las transferencias». «Cada vez necesitamos más inversión para dar respuesta. Sí tenemos licencias para casas nuevas, pero también hay que dar servicios», recuerda.
La alcaldesa de Caravia tiene claro que el turismo es «un medio de vida para buena parte de la población», pero los consistorios requieren de apoyo. «Los ayuntamientos turísticos soportan una población estacional y eso debería contemplarse en la financiación estatal», defiende. La alcaldesa de Colunga, Sandra Cuesta (PSOE), también asume que «necesitan apoyo», especialmente en materia de playas.
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