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LUCÍA RAMOS
COLOMBRES.
Domingo, 8 de julio 2018, 01:24
Con mojitos, habaneras y hasta la visita del mismísimo Che Guevara, Colombres mutó ayer para convertirse en una pequeña Habana. La capital del concejo ribadedense celebra estos días su XII Feria de Indianos, dedicada este año a Cuba, uno de los principales destinos de los miles de asturianos que entre mediados del siglo XIX y el XX emigraron a Latinoamérica. Con la bandera cubana ondeando en el balcón de su Casa Consistorial, el municipio quiso rendir homenaje a la cultura y tradiciones de una tierra que hace décadas recibió «con los brazos abiertos» a muchos de sus vecinos.
La jornada comenzaba al mediodía con el descubrimiento de una placa conmemorativa de la feria en la plaza de la Casa de Piedra para continuar con el tradicional desfile de indianos, que según explicaba el alcalde de Ribadedeva, el socialista Jesús Bordás, «pretende simular la fiesta y la alegría que llenaban la villa cuando regresaban los emigrantes de América». Al mismo se sumaron decenas de hombres y mujeres ataviados con blancos trajes y vestidos inspirados en los indianos. Tras entonar el 'Guantanamera' acompañados a los instrumentos por Íñigo Noriega Laso, su mujer, Lupita, y el Che Guevara, entre otros personajes, la comitiva fue caminando desde la entrada de Colombres hasta la plaza del Ayuntamiento, donde tuvo lugar la inauguración oficial de esta nueva edición del evento.
El primero en tomar la palabra fue el regidor ribadedense, quien recalcó cómo influyó en el concejo la emigración, «un fenómeno que sangró todos nuestros ayuntamientos». Con la feria, agregó, se pretende «poner en valor la cultura de los países de acogida», además de recordar «no solo a los indianos, también a todos los emigrantes que no triunfaron y dejaron sus sueños por el camino».
Después de Bordás fue el turno de la nueva delegada del Gobierno en Asturias, la socialista Delia Losa, quien se confesó una habitual del concejo ribadedense y de «una hermosa fiesta de hermandad, reconocimiento y homenaje a aquellos miles de asturianos que desde hace más de un siglo iniciaron la aventura de ir a la búsqueda de un nuevo futuro cargados de ilusiones y esperanzas, pero también de penas y añoranzas». La política recordó cómo «Cuba fue uno de esos países que acogieron a los nuestros y, sin pedirles nada a cambio, les ofrecieron la oportunidad de prosperar» y manifestó que «esa generosidad de América Latina debe servir como ejemplo en este tiempo en el que son nuestras orillas las que reciben a otros emigrantes que, igual que nuestros antepasados, dejan atrás sus países para buscar casa y consuelo en otras latitudes». Losa insistió en que «la acogida a quienes más los necesitan debe ser un rasgo característico de esta Europa que nació amparada por el principio de la solidaridad entre los pueblos».
Una solidaridad a la que también hizo referencia el cónsul de Cuba para Asturias, Galicia y Cantabria, Ángel Torres Jaime, quien recalcó cómo «los lazos de amistad entre los pueblos son algo imborrable», en referencia a la estrecha relación existente, gracias al fenómeno de la emigración, entre su país y el concejo ribadedense. «Durante más de un siglo se calcula que más de 300.000 asturianos emigraron a tierras de América y uno de sus lugares de acogida fue Cuba, donde destacaron en numerosos ámbitos como la arquitectura, la medicina, el comercio y la banca, entre otros», señaló. Destacó entonces la figura del arquitecto Manuel del Busto, nacido en Cuba pero de padres asturianos y autor de un gran número de destacadas edificaciones, y recalcó cómo muchos de los hospitales creados por emigrantes en el siglo XIX siguen hoy en pie y son «auténticos referentes en el país».
Hasta Colombres se acercaron también decenas de personas dispuestas a pasar una jornada diferente. Uno de los grupos que más halagos se ganó fue el conformado por la holandesa afincada en Santander Vera Simons y sus tres acopañantes, debido a la calidad y gran detallismo de sus atuendos. «Los diseño y elaboro yo desde hace años. Siempre me gustó la moda y comencé con motivo de los baños de ola de Santander hasta acabar teniendo unos ochenta trajes de época y otros veinte medievales», relató. Tanto ella como sus amigos llevaban años queriendo conocer la Feria de Indianos, pero siempre coincidía con otros eventos. «Finalmente esta vez pudimos acercarnos y seguramente vamos a repetir, pues lo estamos pasando genial y la organización es muy buena», aseveró.
«Alucinada» se quedó también la madrileña Rosa Aguilera. Llegó con un grupo de setenta personas, todos compañeros de la misma empresa, que aprovecharon la feria para celebrar el cincuenta cumpleaños de su jefe, originario de Ribadedeva. «No me esperaba algo así, tan animado y, sobre todo, tan bien ambientado», apuntó. Un ambiente que ya el año pasado enganchó a las mujeres de la asociación Dulce Chacón de Castrillón, cincuenta de las cuales repetían ayer visita ataviadas con sus vestidos blancos.
La celebración continúa hoy con un sinfín de actividades, talleres y visitas teatralizadas, además de la presentación, a las 13.30 horas, de un poemario de Celso Amieva.
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