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GLORIA POMARADA
ARENAS.
Viernes, 12 de enero 2018, 00:07
Guillermina Mier tiene una memoria prodigiosa, un sentido del humor perspicaz, dos hijos, tres nietos, cinco bisnietos, decenas de amigos y, desde ayer, cien años. La abuela de la localidad cabraliega de Bulnes sopló las velas acompañada de sesenta amigos y familiares en una ... fiesta a la que no faltaron montañeros y excursionistas que en el último medio siglo han pasado por el mítico bar y hospedaje Casa Guillermina, a los pies del Urriellu. «Estuvieron clientes que llevan viniendo por casa cuarenta años», agradeció el hijo de la centenaria cabraliega, José Manuel Martínez, actualmente al frente del negocio que levantaron sus padres.
«Hubo gente de todos lados de España, vino gente de Oviedo, de Gijón, de Avilés... Todos gente importante que convivió con nosotros mucho tiempo, una vida entera», rememoró Guillermina. Entre los invitados al cumpleaños de la cabraliega, celebrado en el restaurante Juansabeli, en las inmediaciones de Arenas, tampoco faltaron el director del Parque Nacional de los Picos de Europa, Rodrigo Suárez Robledano ; guardas; el alcalde del concejo, Francisco González, o expertos en el espacio protegido. «Nunca lo pensé que iba a venir tanta gente», señalaba emocionada la pastora y hostelera, rodeada de los ramos de flores y la placa homenaje que ayer recibió como presentes. «Me regalaron demasiado, el mejor regalo es la compañía», valoró.
A pesar del júbilo de la conmemoración, Guillermina revelaba un pesar, los achaques propios de los cien años «con los que ya se pierden facultades». No obstante, su vívida memoria contradice sus palabras, ya que Guillermina, nacida en el mismo 1918 en el que Pedro Pidal creaba el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, hoy de los Picos de Europa, atesora claros recuerdos sobre las distintas etapas que le ha tocado vivir, desde la guerra civil al reciente cambio climático. Siempre en paralelo al devenir de la historia, el hospedaje fundado por Guillermina y su marido, Rafael Martínez, ha sido testigo de la evolución del propio Parque, con el que este año comparte centenario. «Cien años no los cumple cualquiera», bromeó.
Un recoveco especial guarda en sus recuerdos para aquellos montañeros a los que vio partir de su casa para ya nunca regresar. Cuando tenía diez años, rememora, el ovetense Luis Martínez 'Cuco' falleció en el Picu Urriellu. Su hospedaje fue también el lugar donde pasaron su última noche los donostiarras Francisco Berrio y José Ramón Ortiz, antes de fallecer en 1969.
«Yo de Bulnes soy nacida/fui pastora en Camburero/adiós Naranjo de Bulnes/ que en el corazón te llevo», es la coplilla creada por la mujer, en la que vuelca el cariño y nostalgia por su lugar de nacimiento, al que sueña con volver desde su retiro invernal en Arenas. «Si hay salud volveré pa San José, hay que volver a casa».
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