Un centenar de Vespas y Lambrettas recorren este fin de semana Covadonga y Arriondas

La asociación 'Amigos Vespa Parres' ha organizado, como cada año, su popular Subida al Fitu. Un evento que, para muchos, ya figura en el calendario motero de Asturias. Siguiendo fiel a sus principios, tiene como visita y parada obligada el Alto del Fitu, para continuar ruta por los concejos vecinos.

Las motos más clásicas volvieron a hacer suya la sinuosa carretera AS-260 en esta XII edición de la Subida al Fitu en Vespa y Lambretta. Bajo un sol muy agradable y con ánimo de disfrutar del asfalto, los participantes recorrieron ayer 60 kilómetros por las carreteras de la comarca. Arrancaban a mediodía, desde la plaza del Cañón de Arriondas, de donde salieron unos cien moteros llegados de toda Asturias -incluso de otras comunidades autónomas-para disfrutar del paisaje y de la comida en ruta.

La concentración llamó la atención de quienes se encontraban en Arriondas este fin de semana. No es para menos. Entre las Vespas y Lambrettas que participaron en la Subida al Fitu había máquinas con ocho décadas de antigüedad. Durante la primera jornada, el viernes, se celebró la Subida Nocturna a Covadonga, en la que participaron una treintena de motos, que recibieron la bendición del canónigo de la Real Colegiata de Covadonga, David Cueto, y del abad, Adolfo Mariño. La asociación organizadora tiene como objetivo fomentar la recuperación y disfrute de las motos antiguas. En la última edición, la de 2019, hubo más de 75.