Pablo Peñil comprueba si en su cedazo han caído angulas durante la primera noche de campaña en la playa riosellana de Santa Marina. FOTOS: G. P.

«Con la angula se sacaba un jornalín para vivir, pero ahora con ocho días es imposible»

La campaña más corta, de treinta días, empieza con malestar de los profesionales, que piden «poder trabajar, no ayudas»

GLORIA POMARADA

RIBADESELLA.

Domingo, 12 de noviembre 2023, 01:14

La faena comienza al caer la noche, cuando armados de cedazos y a la única luz de los frontales peinan la desembocadura de los ríos en busca de 'oro blanco'. La de la angula es un costera de arraigo en el oriente, donde se ... concentran dos de los tres planes de gestión existentes en Asturias. Este año, la campaña en la que muchos pescadores depositan sus esperanzas comienza revuelta, marcada por el desánimo ante una regulación que limita a treinta las jornadas hábiles para las capturas. Las ocho primeras, iniciadas en la noche del jueves, se desarrollarán hasta el próximo sábado. En diciembre, el periodo hábil arrancará el día 9 y se prolongará otros ocho. En enero y febrero, con ocho y seis jornadas respectivamente, el calendario está por fijar.

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«Viniendo todos los días se sacaba un jornalín para vivir, pero este año con ocho días al mes me parece imposible», comparte el riosellano Pablo Peñil mientras recorre la playa de Santa Marina en la primera noche de campaña. Antes, subraya, «el angulero profesional sacaba bien la costera», pero «todo va a peor». Angulero desde los 15 años, a sus 44 Peñil -también «profesional de la mar»- lamenta que «toda la culpa es para el pescador» y considera que la intención es acabar con su trabajo.

«Lo que queremos es trabajar», comparte Manuel Gutiérrez, angulero de Arriondas con 17 años de trayectoria a sus espaldas. «Está la cosa complicada por el tema de los días, que son muy pocos. En ocho días tenemos que hacer mucho para hacer algo», explica. «¿En ocho días qué vamos a hacer? Viene marejada y se acabó el mes», añade el riosellano Daniel González, profesional desde hace también 17 años. Sostiene además que los anguleros «queremos pescar, no ayudas». Esas compensaciones siguen por el momento a la espera de definir. «¿Quién te valora este trabajo?», reflexiona el riosellano, quien recuerda las horas que pasan dentro del agua, desde el anochecer hasta el amanecer, «a la intemperie, de noche, con frío y forzando el cuerpo».

Ante los problemas comunes de los anguleros del Cantábrico, profesionales de Asturias, Cantabria, País Vasco y Galicia, así como portugueses, acaban de unirse en una asociación para hacer frente a lo que consideran un «agravio» por los recortes.

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Estudio del Sella

En clave local, anguleros como Daniel González y Manuel Gutiérrez llevan además años reclamando a las administraciones estudios sobre el Sella. «Tienen que mirar por qué hay menos cantidad en el río. Cada vez somos menos pescadores y sacamos menos, no es que estemos acabando con ello», considera Gutiérrez. Para González, «no interesa». «La angula no pasa del puente de Ribadesella para arriba salvo cuando hay crecida porque el agua está limpia», apunta. Recuerda que en el Sella se dan situaciones singulares, como los cierres de la playa de Santa Marina por contaminación ya recurrentes cada verano -con dos este último- , los problemas de depuración o la presencia de canoas. «Hay cuatro mil personas todos los días en verano bajando el río, están los rabiones del color de las piraguas», asevera. Ello, añade, supone «un estrés constante para el pescado».

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